La comunidad italoamericana de Nueva York se volcó hoy nuevamente a la calle para celebrar el Día de Colón, una fiesta que este año se desarrolló en medio de una fuerte controversia por el futuro de las estatuas del almirante.

Cerca de 35.000 personas, según cifras de los organizadores, participaron este año en el desfile que recorrió partes de la Quinta Avenida de Nueva York, adornado en todo momento por los colores italianos y muy en menor medida por los de países hispanoamericanos.

En el desfile, que celebra

este año su edición número 73, participaron más de cien grupos distintos, muchos de ellos detrás de carrozas para celebrar el legado de Cristóbal Colón y el orgullo de la comunidad italoamericana de esta ciudad.

La lluvia deslució un poco la fiesta, aunque no impidió que participara en ella un número parecido al de otras ediciones.

Entre los asistentes se encontraba el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, que no fue invitado formalmente al desfile porque está viviendo una relación tensa con los italoamericanos de Nueva York por el futuro de las estatuas de Colón.

De Blasio creó una comisión para estudiar la ubicación en lugares públicos de estatuas que puedan generar sentimientos de odio, todo ello a raíz de los incidentes registrados en Charlottesville (Virginia) cuando comenzaron a desmontarse estatuas de líderes confederados que apoyaban la esclavitud.

Entre esas estatuas se pueden encontrar las levantadas en honor del almirante genovés, y especialmente una situada en la plaza Columbus Circle, uno de los puntos turísticos más importantes de la ciudad.

Aunque no fue invitado, De Blasio se presentó en el desfile, acompañado de su propio grupo, y antes de sumarse a él dejó claro que no hay nada definitivo sobre las estatuas de Colón.

"Nadie está moviendo estatuas. Nadie está cambiando nada, a corto plazo", afirmó De Blasio en declaraciones a los periodistas.

"Puede haber un debate sobre la figura histórica de Cristóbal Colón, pero lo que no se puede debatir es sobre la contribución de los italoamericanos a este país", afirmó el alcalde. "Eso está fuera de discusión", insistió.

El alcalde, cuya familia tiene origen italiano, ha creado una comisión que antes de fin de año recomendará qué hacer con símbolos o estatuas "opresivos e inconsistentes con los valores de la ciudad de Nueva York".

Esa polémica hizo que, durante su presencia en el desfile de hoy, De Blasio fuera abucheado por personas situadas en las aceras, algunas de ellos gritando "ÑDe Blasio se va y Colón se queda!".

Entre los participantes se encontraba también el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, también de raíces italianas, así como personalidades de la política local y de la Iglesia.

Uno de estos representantes, el arzobispo de Nueva York, cardenal Timothy Dolan, en declaraciones a los periodistas se involucró también en la polémica suscitada por las estatuas de Colón en esta ciudad.

"Si sólo se pudieran levantar estatuas de gente perfecta, sólo tendríamos a Jesús", afirmó el prelado.