El primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, anunció hoy que el Ejército de Irak dio por finalizada la guerra que ha desangrado al país durante tres años y medio, al anunciar el control de los últimos reductos que el grupo terrorista Estado Islámico (EI) mantenía en el país.

"Nuestras fuerzas se han hecho con el control total de las fronteras con Siria", en las provincias de Al Anbar y Nínive, aseguró Al Abdadi en una comparecencia ante los medios en Bagdad.

El primer ministro agregó: "La victoria fue lograda gracias a la unidad de todos los iraquíes en la lucha contra un enemigo que no pensaba que veríamos este día".

Sin embargo, en un discurso posterior ofrecido a la nación con motivo del anuncio de la victoria Al Abadi advirtió hoy a los iraquíes de que hay que permanecer alerta ante posibles ataques del grupo terrorista Estado Islámico a pesar de haberlo derrotado.

"Pese al anuncio de la victoria final contra EI, tenemos que permanecer alerta para enfrentarnos a cualquier intento terrorista que tenga como objetivo nuestro pueblo o nuestro país", aseguró.

El primer ministro y jefe de las Fuerzas Armadas también apeló a la unión de los iraquíes tras la victoria porque, según él, "es la clave del triunfo".

"Vuestros territorios han sido liberados por completo, vuestras ciudades y pueblos ocupados anteriormente, han sido recuperados y traídos de nuevo a la patria. El sueño de la liberación se ha hecho realidad", agregó.

Por su parte, el ministerio de Defensa aseguró que "las fuerzas iraquíes han liberado todo el territorio iraquí de los terroristas y controla todas las fronteras y sus pasos. Los últimos terroristas en Irak han sido eliminados hoy".

El subcomandante de las fuerzas iraquíes conjuntas Abdelamir Yarala también insistió en que "se ha consumado la liberación de todos los territorios de Irak de las bandas de Dáesh (acrónimo en árabe del EI)" y que sus fuerzas "controlan las fronteras entre Irak y Siria desde el paso fronterizo de Al Walid, hasta el de Rabía".

El oficial explicó que las tropas recuperaron la zona de Al Yazira, ubicada entre Nínive y Al Anbar, con el respaldo aéreo del Ejército y retomaron el control de 90 pueblos y más de 16.000 kilómetros cuadrados.

La coalición internacional contra el EI, encabezada por Estados Unidos, felicitó en un comunicado "al pueblo de Irak por su victoria contra Daesh (acrónimo en árabe del Estado Islámico)" y remarcó que continuarán prestándole apoyo "mientras establecen las condiciones para un futuro seguro y próspero".

El enviado especial de Estados Unidos para la coalición internacional, Brett McGurk, insistió, en este sentido, en que seguirá el respaldo a las fuerzas de seguridad iraquíes, a su economía y a su estabilización "para asegurar que EI nunca podrá volver a amenazar al pueblo iraquí o usar su territorio como refugio".

"Destacamos la histórica victoria de hoy conscientes del trabajo que queda por hacer", concluyó McGurt en su cuenta de Twitter.

Aunque el pasado 10 de julio con la liberación total de Mosul, la principal ciudad que ocuparon los yihadistas, se dio por derrotado al Estado Islámico, la lucha ha continuado hasta el anuncio de hoy.

Tras la enconada batalla de Mosul, que dio comienzo el 17 de octubre de 2016 y que no concluyó hasta julio de este año, el resto de territorios que el EI controlaba en el país, fueron cayendo poco a poco.

En agosto le tocó el turno a Tel Afar, en el oeste de la provincia de Nínive, de la que Mosul es capital. A Tel Afar, uno de los bastiones insurgentes y situado cerca de Siria, le siguió en octubre la comarca de Al Hauiya, en la provincia de Kirkuk.

Tras la caída de esta zona, el 5 de octubre, las fuerzas iraquíes centraron sus esfuerzos en el desierto fronterizo con Siria, donde en la otra parte de la frontera, los yihadistas estaban siendo acosados por las fuerzas leales al presidente Bachar al Asad y por milicias kurdas.

En esta última operación de las fuerzas iraquíes se ha recuperado el control de 183 kilómetros de frontera, desde el municipio de Al Rumana, reconquistado el pasado 11 de noviembre, hasta la localidad de Tel Safuk, cerca de la frontera con Siria, y recuperada el 8 de junio.

Estos tres años y medio de conflicto han dejado seis millones de desplazados, tres millones y medio de los cuales buscaron refugio en campamentos y el resto encontraron alojamiento en casas alquiladas, de familiares o conocidos.

Según los últimos datos de septiembre de la Oficina de la ONU para los Refugiados (OCHA), todavía quedan 3.200.000 desplazados internos y once millones de personas necesitan ayuda humanitaria, a pesar de que en muchas zonas la población ha comenzado a regresar a sus hogares.