Las autoridades iraníes aseguraron hoy, ante las exigencias de Estados Unidos, que no van a aceptar más limitaciones de las que estipula el acuerdo nuclear de 2015 y amenazaron con dar "una respuesta decisiva" a las nuevas sanciones.

Después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, diera un ultimátum a sus socios europeos para corregir los "defectos" del pacto, el Ministerio de Exteriores iraní rechazó cualquier cambio del mismo "ni en el presente ni en el futuro".

"El Gobierno de EEUU está obligado a cumplir con sus compromisos al igual de los demás miembros del JCPOA (siglas en inglés con las que se conoce formalmente al pacto nuclear), y en caso de que quiera eludir sus obligaciones debe aceptar sus consecuencias", señaló Exteriores en su comunicado.

El JCPOA, firmado entre Irán y el Grupo 5, formado por EEUU, Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania, limita el programa atómico de Teherán a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.

La República Islámica, según el texto, no adoptará "ninguna medida más allá de los compromisos que ha contraído con el JCPOA", ni permitirá que se establezca ninguna conexión entre este acuerdo y otros temas.

Trump decidió ayer mantener activo un mecanismo que suspende temporalmente las sanciones a Irán por su programa nuclear, algo sobre lo que debe pronunciarse cada 120 días por imperativo legal, pero exigió elaborar un "acuerdo suplementario" con sus socios europeos.

El objetivo de ese nuevo acuerdo sería imponer nuevas sanciones multilaterales si Irán desarrolla o prueba misiles balísticos e impide las inspecciones de sus instalaciones nucleares, entre otros puntos, ya que, según dijo Trump, "los programas de armas nucleares y de misiles balísticos son inseparables".

Ante este ultimátum, la Unión Europea declaró hoy que "toma nota" de las amenazas estadounidenses de abandonar el JCPOA si no es reformado y que, "como primer paso", realizará una evaluación conjunta de lo anunciado por Trump y sus implicaciones.

El tema de los misiles balísticos preocupa a EEUU, que ya ha impuesto varias tandas de sanciones en el último año, aunque Irán asegura que solo tienen un carácter defensivo y no sirven para portar cabezas nucleares.

En esta línea, el Tesoro estadounidense anunció ayer sanciones contra catorce individuos y entidades iraníes, entre ellos el jefe del Poder Judicial, el ayatolá Sadeq Lariyaní, por abusos a los derechos humanos y apoyo al citado programa balístico.

El Ministerio de Exteriores iraní condenó asimismo hoy esas sanciones, que calificó de "ilegales y hostiles", y advirtió de que recibirán una "seria reacción" por parte de la República Islámica.

Estas medidas cruzan, según la nota, "todas las líneas rojas de comportamiento en la comunidad internacional y violan las normas de principios de la ley internacional".

"El señor Trump sigue con sus medidas hostiles contra el pueblo de Irán y menciona amenazas que ya varias veces ha sido incapaz de aplicar (...). Debido a su desesperación, ha sancionado a varios ciudadanos iraníes con excusas ilegales y ridículas para compensar al menos una parte de sus fracasos", agrega la nota.

Al castigar al jefe del Poder Judicial iraní, que es hermano del presidente del Parlamento, Ali Lariyaní, el Gobierno de Trump consideró que estaba "golpeando a lo más alto del régimen iraní", e instó a sus aliados a aumentar también sus sanciones a Teherán.

Las autoridades iraníes, además de negarse a renegociar el pacto nuclear, han advertido de que solo permanecerán en el mismo si obtienen beneficios y que de romperse el acuerdo regresarían rápidamente a su programa nuclear.

La Agencia Iraní de Energía Atómica aseveró esta semana que puede acelerar sus actividades nucleares, especialmente el enriquecimiento de uranio, así como cambiar su actual cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica.

La situación vuelve a quedar así en el aire, como ya ocurrió en octubre pasado, cuando Trump amenazó también con abandonar el JCPOA si este no era modificado mediante una negociación internacional o una norma unilateral del Congreso estadounidense.

El Congreso no adoptó ninguna medida en los dos meses estipulados por Trump. Ahora es Europa la que debe aceptar negociar para evitar que EEUU vuelva a imponer las sanciones nucleares cuando expire el próximo 12 de mayo el nuevo plazo de 120 días.