La canciller alemana, Angela Merkel, se declaró hoy "optimista" ante el inicio oficial de las negociaciones formales para reeditar la gran coalición con el Partido Socialdemócrata (SPD), con la que espera poder dar una nueva dinámica a Europa y a Alemania.

"Creo que con el acuerdo previo tenemos un buen marco para negociar. Tenemos que negociar rápidamente para darle una nueva dinámica no sólo a Europa, sino también a Alemania", dijo Merkel antes de que comenzara la primera reunión en la sede de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU).

El pasado domingo el SPD dio luz verde con ajustada mayoría (56 %) a las conversaciones y el lunes hubo ya un encuentro para diseñar la hoja de ruta del proceso negociador, que la CDU y su ala bávara, la Unión Socialcristiana (CSU), aspiran a terminar alrededor del 8 de febrero, aunque los socialdemócratas no quieren dar una fecha definitiva.

Hoy Merkel destacó la necesidad de mejorar las condiciones para las inversiones y la planificación de las inversiones públicas.

Por su parte, el presidente del SPD, Martin Schulz, señaló que su objetivo es que las negociaciones para formar Gobierno con el bloque conservador sean "rápidas y constructivas".

"Tenemos la voluntad de darle a Alemania un Gobierno estable. Queremos unas negociaciones rápidas y constructivas", apuntó antes de reunirse con Merkel y con el presidente de CSU, Horst Seehofer.

Schulz dijo que el SPD aspira a devolverle a Alemania el papel que le corresponde en Europa y en el mundo en momentos en los EEUU se está desviando hacia el aislacionismo y en los que la UE tiene que hacer frente al reto económico que representa China.

"La UE necesita una Alemania fuerte y proeuropea", afirmó Schulz para abogar por "una Alemania que internamente sea más justa y que tenga un mayor liderazgo internacional", dijo.

Tras la reunión de los jefes de los partidos, habrá una segunda sesión más amplia con la que empezarán hoy las negociaciones formales de coalición.

El SPD llega a las negociaciones bajo presión y con una clara tendencia a la baja en las encuestas, después de que en las elecciones generales de septiembre tuviera el peor resultado de su historia, con un 20,5 % de los votos.

Las últimas encuestas dan a los socialdemócratas entre el 17 y el 19 % en intención de voto.

En caso de que los equipos negociadores de los partidos lleguen a un acuerdo de coalición, éste tendría que ser ratificado en una consulta entre los 440.000 militantes del SPD.

Dentro del partido hay una fuerte oposición a reeditar la gran coalición de Gobierno, cuya cabeza visible es el jefe de las Juventudes Socialdemócratas (Juso), Kevin Kühnert.

Las Juso incluso han iniciado una campaña para reclutar nuevos afiliados que ayuden a evitar la gran coalición en la consulta entre la militancia.

El SPD aspira a introducir modificaciones en el acuerdo previo suscrito con los conservadores, que sirve de base en las negociaciones.

Entre sus objetivos está reducir las posibilidades de que haya contratos laborales temporales y mejorar el preacuerdo para la reagrupación familiar de los refugiados.

En sanidad, el programa original del SPD contemplaba una reforma radical del sistema, introduciendo un seguro sanitario universal que sería obligatorio no sólo para los asalariados, sino también para autónomos, que ahora pueden optar por una privado.

El bloque conservador de Angela Merkel no está dispuesta a llegar a ese extremo, pero sí se prevé que puede hacer concesiones en el área sanitaria.