La canciller alemana, Angela Merkel, se someterá mañana al voto del Bundestag (Parlamento) para acceder a su cuarto mandato, casi seis meses después de las últimas elecciones generales y de nuevo al frente de una gran coalición de Gobierno.

Merkel, en el poder desde 2005, superará previsiblemente sin problemas la votación de investidura y después será nombrada canciller por el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, que ha tenido un papel clave en la formación de esta nueva alianza de Gobierno.

El bloque conservador de la canciller -integrado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU)- tiene 246 escaños, a los que se suman los 153 de sus socios socialdemócratas, en una cámara con 709 diputados en esta legislatura.

La primera fuerza de la oposición es la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), con 92 puestos; seguida del Partido Liberal (FDP), con 80; La Izquierda, con 69; Los Verdes, con 67, y dos independientes, escindidos de la derecha radical.

De la nueva gran coalición de Merkel el presidente alemán espera "cercanía al ciudadano", según unas declaraciones publicadas hoy por el diario "Rheinische Post".

"No se deben ignorar las cuestiones que están en la calle", apunta a ese medio Steinmeier, para añadir que el nuevo Ejecutivo deberá "examinar bien" si los temas incluidos en su programa de gobierno son los que "realmente interesan" al ciudadano.

Steinmeier, exlíder socialdemócrata y ministro de Asuntos Exteriores en la primera y en la tercera legislatura de Merkel, nombrará a los integrantes del nuevo Gobierno inmediatamente después de la sesión de investidura.

Ya por la tarde tendrá lugar el primer Consejo de Ministros, seis de los cuales corresponden a la CDU, el mismo número que los del SPD, mientras que a la CSU le corresponden tres

El papel de Steinmeier en la formación de la nueva alianza ha sido fundamental, ya que desde su posición de presidente apremió a los partidos a sentarse a negociar tras fracasar un primer intento de formar coalición entre el bloque conservador, verdes y liberales.

Por entonces, el líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Martin Schulz, rechazaba reeditar una gran coalición, por considerar que su formación debía regenerarse en la oposición tras haber obtenido en las generales de septiembre su mínimo histórico (un 20,5 %).

Steinmeier apeló entonces a Schulz para que abriera la puerta al diálogo, a lo que siguieron conversaciones de tanteo entre los dos principales partidos del país y luego las negociaciones de coalición.

El cargo presidencial es en Alemania de carácter representativo y ajeno a intereses partidistas, razón por la que se deja en suspenso la militancia originaria durante su ejercicio.

Steinmeier accedió a ese puesto en febrero del año pasado como candidato de consenso entre la gran coalición.

El pacto de gobierno para esta nueva legislatura fue firmado formalmente ayer por Merkel, jefa de la CDU; el líder de la CSU bávara, Horst Seehofer, y el del SPD, Olaf Schulz, quien asumió ese puesto con carácter interino en febrero tras la dimisión de Schulz.