El chavismo, gobernante en Venezuela, ratificó hoy la celebración de las elecciones presidenciales de mayo, que tendrán lugar en medio de la crisis económica y pese a los múltiples cuestionamientos, ya sin la observación de la ONU y con la del expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.

Durante un acto político en Caracas, el jefe del Estado y candidato a la reelección, Nicolás Maduro, dijo que los comicios del 20 de mayo serán una oportunidad para la "victoria" de la revolución bolivariana que se instauró en el país desde 1999.

Aunque el aspirante oficialista no agregó declaraciones de campaña en la jornada, el considerado número dos del chavismo, Diosdado Cabello, habló sobre el acompañamiento de la ONU en las votaciones, solicitado por los cuatro contendientes de Maduro.

"ONU decidió no venir a Venezuela (...) no por no participar, sino porque ellos van a países donde hay problemas con los sistemas electorales y Venezuela no presenta ningún problema con los sistemas electorales, esa es la verdad verdadera", aseguró Cabello en un acto del equipo de campaña por la reelección.

La observación internacional es uno de los puntos del acuerdo suscrito por los candidatos presidenciales ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), y un debate frecuente en cada proceso de votaciones, a menudo cuestionados por los opositores al Gobierno.

La rectora electoral Sandra Oblitas también reiteró este viernes la continuidad del proceso electoral pese a la decisión de la ONU y rechazó el llamamiento a no votar que hizo la coalición de partidos opositores Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que considera fraudulenta la contienda.

La vicepresidenta del CNE anunció que la campaña electoral arrancará formalmente el 23 de abril y culminará tres días antes de las votaciones, y aseguró que el organismo ha aplicado varias auditorías para garantizar la transparencia de la elección.

Entretanto, Rodríguez Zapatero, quien estuvo en Caracas la semana pasada, según información ofrecida por su oficina en España a Efe, concedió una entrevista al canal privado Venevisión en la que dijo que las presidenciales sí se celebrarán y se harán "en paz".

"Seré garante de que el proceso electoral del 20 mayo reúna los requisitos básicos de una democracia, porque si no yo no estaría participando en esta tarea", dijo.

El político socialista, que lidera desde hace casi dos años un proceso de negociación entre el Gobierno de Maduro y la oposición para poner fin a la crisis política en la que está sumido el país, indicó que tras las elecciones de mayo se debería procurar llegar a un "gran acuerdo político" entre los diferentes sectores.

Por su parte, el exgobernador y candidato opositor a las presidenciales, Henri Falcón, retó nuevamente al jefe del Ejecutivo a un debate publico y le pidió que no recule si acepta.

"Estoy esperando el debate donde diga, cuando diga y el tiempo que quiera, porque además el país lo reclama", añadió, y pidió que se transmita en una conexión en cadena obligatoria de radio y televisión, porque esta discusión política "es una deuda que está allí y lo lógico es que los candidatos puedan mostrar sus propuestas".

Maduro lanzó a finales de febrero una propuesta de debate tanto a Falcón como a los otros tres aspirantes restantes, el pastor evangélico Javier Bertucci, el empresario Luis Alejandro Ratti y el ingeniero Reinaldo Quijada, una cita para la que nunca propuso una fecha y de la que se sabe muy poco al día de hoy.

Falcón y Bertucci llevan días recorriendo el país en precampaña, mientras Maduro sigue sin salir de Caracas, y han remarcado que no se retirarán pese a sus críticas de falta de garantías para los comicios.

Con todo, las protestas no se detienen en Venezuela, como las de decenas de enfermos de párkinson, quienes exigieron que se reanude el programa por el que recibían medicinas que, aseguran, se encuentra paralizado desde agosto pasado, y pidieron a la ONU su mediación ante la crisis en el sector salud.