El Gobierno italiano, presidido por el jurista Giuseppe Conte y formado por el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga, obtuvo este martes la confianza en el Senado y mañana se someterá al mismo trámite en la Cámara de los Diputados, para lograr su investidura.

El Gobierno de Conte y sus 18 ministros juraron el pasado viernes ante el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, y el martes se sometieron al primer paso para su investidura.

En el Senado, necesitaban 161 escaños para tener la mayoría absoluta y el voto de confianza fue secundado por 171 senadores, mientras que 117 votaron en contra y 25 se abstuvieron.

El M5S y la Liga juntos tienen mayoría en ambas cámaras, por lo que se da por descontado que mañana este Ejecutivo será investido en la Cámara de los Diputados y comenzará ya a trabajar para impulsar las medidas que ha prometido a sus electores.

El debate en la Cámara baja comenzará a las 09.00 horas (07.00 GMT) y el voto se prevé que se produzca a partir de las 17.45 horas (15.45 GMT).

En su debate de investidura hoy en el Senado, Conte presentó a los grupos parlamentarios la hoja de ruta de su mandato y dijo que entre sus prioridades estará la de controlar los flujos migratorios que llegan a Europa a través de Italia.

Prometió luchar contra "el negocio de la inmigración" que, según argumentó, "ha crecido de manera excesiva bajo el manto de una falsa solidaridad".

Calificó de "fracaso" la gestión que los países de la Unión Europea han hecho en los últimos tiempos para afrontar el problema de la inmigración y criticó "los cierres egoístas de los Estados".

En su derecho de réplica, pidió a la UE que dé una respuesta conjunta a esta cuestión, después de que los países miembros hayan "dejado solos" a los italianos durante mucho tiempo.

"Nosotros combatiremos a los traficantes y el negocio de la criminalidad", señaló Conte.

"Queremos que el tema sea afrontado con respeto de la dignidad de tantos que sufren, pero a nivel europeo, porque (...) nos han dejado solos", añadió.

La lucha contra la inmigración irregular es una de las máximas defendidas por la ultraderechista Liga, liderada por Matteo Salvini, que es también vicepresidente del Ejecutivo y ministro del Interior.

En los últimos días, Salvini ha prometido que endurecerá las políticas de control, acelerará las expulsiones de irregulares que permanecen en Italia y trabajará con el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, para cambiar las reglas de la UE en materia migratoria.

Conte se refirió también a la UE para tranquilizar sobre su Gobierno euroescéptico y decir que "la salida del euro no está en debate".

"No es un tema que esté en el programa político, no es un objetivo que nos proponemos en este Gobierno", apuntó, pero segundos después matizó que "otra cosa es argumentar si es legítimo o no para un país renegociar las políticas económicas".

Justificó también que la UE es la casa de todos y que el deber de Italia, como uno de los países fundadores, "es hacerla más fuerte y justa".

Por ello, apostó por avanzar en "la unión económica y monetaria" para que "esté orientada a proteger las necesidades de los ciudadanos para equilibrar los principios de responsabilidad y de solidaridad".

En política internacional, reiteró que Italia, aunque es miembro de la OTAN y Estados Unidos es un "socio privilegiado", promoverá "una apertura a Rusia" y "la revisión del sistema de sanciones, sobre todo las que afectan a la sociedad civil".

Respecto a Italia, citó como prioridades la aprobación de un subsidio para personas desempleadas, llamado renta de ciudadanía, la aplicación de un impuesto único, la abolición de los sueldos vitalicios de los políticos o la lucha contra la corrupción.

Apuntó a que la agenda política que han acordado las dos formaciones para esta legislatura tiene una atención especial hacia las zonas del sur, más golpeadas económicamente, aunque sin descuidar el norte.

Y opinó que su Gobierno representa una "temporada nueva, una señal de transparencia y claridad con los electores" y "un viento nuevo que sopla en el país" y que está caracterizado por el "ocaso" de "los sistemas ideológicos perfectamente identificables".

"Hay un programa político firmado por dos formaciones; si no logramos los objetivos, estas formaciones asumirán la responsabilidad, igual que yo la asumiré", concluyó.