Reino Unido ha propuesto a la Unión Europea (UE) crear una "zona de libre comercio" para evitar interrupciones en el comercio de bienes, como las aduanas o el cobro de aranceles, según se desprende del nuevo ''Libro Blanco'' que el Ejecutivo de Theresa May ha propuesto este jueves.

"Abandonar la UE nos da la oportunidad de fortalecer nuestra economía (...) y también nos permite mantener una amistad cercana y una fuerte alianza con nuestros vecinos", ha defendido la primera ministra británica, al mismo tiempo que ha señalado que la relación futura entre ambos bloques requerirá "pragmatismo y compromiso por ambas partes".

No obstante, aunque, en el documento, presentado el Ejecutivo británico defiende que la salida del mercado único europeo y la unión aduanera servirán para que Reino Unido "busque nuevas oportunidades", en la práctica ha propuesto una relación similar a la que se mantiene ahora mismo.

La "zona de libre comercio" busca que tanto la UE como Reino Unido tengan un "acceso continuado y sin interrupciones en la frontera a los mercados del otro". Esta pretensión del Gobierno de Theresa May es "clave" para evitar una "frontera dura" entre Irlanda e Irlanda del Norte, con el objetivo de respetar lo pactado en el Acuerdo de Viernes Santo.

480.000 MILLONES.

Actualmente, el bloque comunitario es el mayor socio comercial de Reino Unido. Solo en 2017, los intercambios comerciales entre ambos ascendieron a un total de 423.000 millones de libras (478.900 millones de euros), con un déficit comercial para las islas de 95.000 millones de libras (107.500 millones de euros), según un informe publicado en junio por la Oficina Nacional de Estadísticas británica (ONS, por sus siglas en inglés).

El nuevo mercado único entre la UE y Reino Unido se articularía, de acuerdo a la propuesta presentada por este último, a través de un "convenio de aduanas facilitado". En virtud de este documento, Reino Unido cobraría los impuestos marcados por Bruselas de aquellos productos que entraran por sus fronteras pero tuvieran como destino final algún país del bloque europeo, y viceversa.

Además, para facilitar la unión comercial, Londres ha propuesto seguir participando en algunos entes reguladores --la Agencia Europea del Medicamento, la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas y la Agencia Europea de Seguridad Aérea-- para que no haya discrepancias entre las normativas de Reino Unido y las de la UE.

En cambio, en relación con los servicios y con el mercado digital, Londres ha apostado por tener "libertad regulatoria" para impedir el acceso en función de sus intereses, con la excepción de los servicios financieros.

La City, que acumula una parte importante de las entidades financieras de la UE, ha planteado mantener los "beneficios mutuos" en el acceso a los mercados integrados, protegiendo así la "estabilidad financiera". Al igual que con el comercio de bienes, Londres pretende articular esto con un acuerdo con Bruselas.

En conjunto con esta propuesta de acuerdo comercial, el documento presentado por el Ejecutivo de May ha destacado que el Brexit permitirá al país negociar sus propios acuerdos de libre comercio con otros socios.