La Policía norirlandesa (PSNI) afirmó hoy que algunos responsables de los disturbios ocurridos la pasada noche en Derry, al oeste del Ulster, intentaron "asesinar" a sus agentes, tras atacarles con bombas incendiarias y artefactos explosivos.

Por suerte, explicó un portavoz policial, no se registraron heridos entre las fuerzas de seguridad durante la sexta noche consecutiva de violencia registrada en el barrio católico del Bogside.

Según la PSNI, las protestas están alentadas por grupos disidentes del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), opuestas al proceso de paz, coincidiendo con el inicio de las controvertidas marchas protestantes en la región.

El portavoz indicó que los agentes fueron atacados con, al menos, dos artefactos explosivos y hasta 74 bombas incendiarias, lo que provocó la detención de tres individuos, uno de ellos por su supuesta implicación en un "intento de asesinato".

La mayoría de los manifestantes son jóvenes de esta zona de la ciudad de Derry y muchos de ellos son, incluso, menores, según agregó la fuente.

"Me entristece, descorazona y frustra el hecho de que, de nuevo, los agentes de policía comprometidos en mantener la seguridad de esta comunidad hayan sido atacados por un número pequeño de personas", declaró hoy el superintendente de la PSNI, Gordon McCalmont.

En su opinión, es "un milagro" que nadie resultase herido como consecuencia de una noche de ataques "prolongados y constatantes", dirigidos también, en algunos casos, a miembros de la ciudadanía.

"Aunque hemos visto a muchos jóvenes implicados durante las últimas noches, está claro que esto está orquestado por un sector siniestro, adulto y violento de los disidentes republicanos", agregó McCalmont.

El miércoles también se registraron disturbios en Belfast, con enfrentamientos entre jóvenes protestantes y la PSNI, durante las tradicionales fogatas con la que la comunidad unionista celebra el "12 de Julio".

Miles de miembros de la Orden de Orange desfilan estos días por la región para conmemorar la victoria del rey protestante Guillermo III de Orange sobre el católico Jaime II en la batalla del Boyne en 1690, con marchas que, en algunos casos, atraviesan zonas nacionalistas y que, a menudo, provocan graves disturbios.