Un total de 40 muertos y más de medio centenar de heridos como consecuencia de un ataque perpetrado este jueves por la mañana contra tres autobuses que transportaban niños en la ciudad yemení de Saada, en la zona norte del país, ha informado el portavoz del Ministerio de Salud del Gobierno de los hutíes.

Poco después, el responsable del departamento de Sanidad de Sada, Abdul Ghani Nayev, ha elevado a 43 fallecidos y 61 heridos el balance de víctimas, según la agencia de noticias Reuters. Al Massirah, televisión controlada por los rebeldes, ha dado la cifra de 39 fallecidos y 51 heridos, en su mayoría niños.

El caos tras el ataque y las diferentes fuentes hacen que sea complicado valorar, al cierre de esta edición, el número exacto de víctimas mortales. No obstante, todas las estimaciones dan por bueno que se superan los cuarenta fallecidos y que el balance final puede incrementarse.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha confirmado la llegada de "decenas" de víctimas a un hospital apoyado por el organismo en la zona. Estas víctimas, ha añadido en Twitter, corresponderían a un ataque sobre un autobús en el mercado de Dahyan.

"Según el Derecho Internacional Humanitario, los civiles deben ser protegidos durante el conflicto", ha denunciado el CICR, que al igual que otras organizaciones ha acusado en estos últimos años a las partes beligerantes de atacar objetivos teóricamente protegidos.

El ataque aéreo tuvo lugar en la ciudad de Dahian, en la provincia de Saada, fronteriza con Arabia Saudí y principal bastión de los rebeldes hutíes, según informa la agencia Reuters. "En Dahyan hay centros sanitarios básicos.

La mayor parte de los heridos están siendo transferidos a Saada (capital de la provincia), sobre todo a los hospitales públicos", que "no serán suficientes para este gran número de heridos", ha estimado Yusef Al Hadari, portavoz del ministerio de Salud del Gobierno rebelde hutie.

Yemen sufre desde hace tres años una guerra civil que enfrenta al Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi, apoyado por una coalición internacional que lidera Arabia Saudí, y a los huthis, respaldados por Irán. Más de 10.000 personas han perdido la vida en este tiempo, según la ONU.

El bombardeo se produjo horas después de que un ataque con un misil balístico lanzado desde el Yemen contra la ciudad saudí de Yazán (suroeste). En ese ataque, registrado en la noche de este miércoles, murió un yemení residente en Arabia Saudí y otros once resultaron heridos, según informó la coalición árabe que interviene en la guerra yemení, liderada por Riad.

La televisión Al Masirah informó el miércoles de que los huthis habían lanzado un misil sobre la ciudad de Jizan, ubicada en el sur del reino saudí. Los ataques con misiles de los rebeldes contra el territorio saudí se han convertido en una práctica habitual en los últimos meses, pero en la mayoría de las ocasiones no han causado víctimas. En esta ocasión, el proyectil fue interceptado por los sistemas de defensa antiaérea de Arabia Saudí, según informó inicialmente la cadena Al Ejbariya, pero este jueves se ha confirmado la muerte de un civil residente en Jizás y que otras once personas resultaron heridas.

"La interceptación provocó la dispersión de fragmentos en áreas residenciales", ha explicado la coalición liderada por Arabia Saudí, que combate en Yemen del lado del Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi, en un comunicado recogido por la agencia de noticias oficial SPA. Asimismo, el Consejo Noruego para Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés) y CARE han denunciado este miércoles la inutilización del aeropuerto de la capital yemení, Saná, que no recibe ningún vuelo comercial desde agosto de 2016 y, en cambio, sufre de media la caída de una bomba cada dos semanas.

El director de la ONG CARE en Yemen, Johan Mooij, ha advertido en un comunicado de que "un aeropuerto debería ser una pieza segura y funcional de la infraestructura civil" para permitir que las personas entren y salgan "libremente". El de Saná, en cambio, "se ha convertido en un símbolo de la represión para un gran número de personas". La coalición liderada por Arabia Saudí, que combate en Yemen en apoyo del Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi para reprimir la rebelión huthi, impuso una serie de restricciones en el espacio aéreo que llevaron a la paralización del aeródromo en agosto de 2016. En este tiempo, las instalaciones han sufrido 56 ataques aéreos, según Yemen Data Project.

El director del NRC en Yemen, Mohamed Abdi, ha lamentado que "millones de yemeníes viven en una prisión al aire libre", atrapados en un conflicto que ya se ha cobrado más de 10.000 vidas y en el que millones de personas necesitan de la ayuda humanitaria internacional para seguir viviendo. "La guerra mata no solo con las bombas y las balas, sino con un conjunto de enfermedades porque la gente no tiene acceso a atención médica", ha lamentado Abdi. "Mientras el aeropuerto siga cerrado, también lo está la única ruta segura para lograr tratamiento médico que salve vidas", ha añadido.