Hombres armados han iniciado este lunes un asalto contra la sede de la petrolera estatal Corporación Nacional del Petróleo (NOC) en la capital de Libia, Trípoli, sin que por el momento haya informaciones sobre víctimas.

Según ha señalado el diario local ''The Libya Observer'', los atacantes habrían logrado irrumpir en el interior de las instalaciones, ubicadas en el distrito de Dahra.

Un empleado de la NOC citado por la cadena de televisión local Al Nabaa ha detallado que hay un total de tres atacantes, si bien otro trabajador citado por ''The Libya Observer'' ha elevado a seis el número de asaltantes.

La citada cadena ha indicado que varias ambulancias han abandonado el lugar para evacuar a heridos, si bien algunos medios apuntan ya que el ataque se habría saldado con víctimas mortales.

Un testigo ha señalado en declaraciones a la agencia británica de noticias Reuters que en el lugar ha sido lanzada una operación para repeler el ataque, y las calles circundantes han sido ya acordonadas.

Según el citado diario, al menos uno de los asaltantes se habría inmolado tras la entrada de las fuerzas de seguridad en el lugar, del que ha sido evacuado ileso el presidente de la NOC, Mustafá Sanalá, según el citado diario.

Por el momento ningún grupo ha reclamado la autoría del ataque. Estado Islámico ha perpetrado varios atentados en Trípoli en los últimos meses, el último de ellos en mayo, cuando fue atacada la sede de la comisión electoral en la ciudad.

La capital libia ha sido recientemente escenario de enfrentamientos entre diversas milicias, si bien la semana pasada alcanzaron un alto el fuego con la mediación de la Misión de Apoyo de Naciones Unidas en Libia (UNSMIL).

Los últimos combates comenzaron a finales de agosto entre la Séptima Brigada (Kaniyat), originaria de Tarhuna, a unos 65 kilómetros al sureste de Trípoli, por un lado, y las Brigadas Revolucionarias de Trípoli y Nawasi, dos de las milicias más potentes de Trípoli, por otro.

Libia vive sumida en el caos desde al caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011 y no existen unas fuerzas de seguridad capaces de mantener un mínimo de estabilidad. Las distintas facciones han rechazado los reiterados llamamientos a deponer las armas y el Gobierno de unidad que apoya la ONU, con sede en Trípoli, apenas tiene poder.