Las autoridades de Carolina del Sur han ordenado la evacuación forzosa de un millón de personas de la región costera con vistas a la llegada del huracán ''Florence'', que podría tocar tierra el próximo jueves.

"No queremos poner en peligro ni una sola vida de Carolina del Sur con este huracán", ha afirmado el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, en una rueda de prensa en la que ha estimad en aproximadamente un millón de personas las afectadas por las órdenes de desalojo.

Las autoridades de Carolina del Norte, por su parte, han emitido este lunes las primeras órdenes de evacuación para los vecinos y turistas de las islas de la barrera de Outer Banks, lo que equivale al desplazamiento de unas 250.000 personas. "Estamos en la diana. Va a afectar a todo el estado", ha apuntado el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, quien ha pedido ya la declaración de emergencia a nivel federal.

Mientras, el presidente estadounidense, Donald Trump, muy criticado por la lenta respuesta al paso del huracán ''María'' por Puerto Rico, ha cancelado un acto previsto para el viernes en Jackson, Misisipi, por motivos de seguridad debido al paso de ''Florence''.

Además, el Ejército ha anunciado el envío de un equipo de 750 militares a Raleigh, Carolina del Norte, para coordinarse con las autoridades estatales y federales. La Marina, por su parte, desplazará a 30 de sus buques a mar abierto para evitar daños.

A las 11.00 horas (hora local) de este lunes la tormenta generaba ya vientos de 185 kilómetros por hora, lo que la convierte en un huracán de categoría 3 en la escala Saffir-Simpson, informa el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos.

El aviso señala que la tormenta será "un huracán extremadamente peligroso" cuando toque tierra. Ahora mismo se encuentra a unos 2.000 kilómetros al este-suroeste del cabo Fear, Carolina del Norte.

Los vientos huracanados comenzarán a azotar la costa en la noche del miércoles y el jueves ya tocará tierra con intensas lluvias y posibles inundaciones en gran parte del sureste del país, advierte el Centro Nacional de Huracanes, que en su parte 46 advierte de que la tormenta "está creciendo en tamaño y fuerza", por lo que "será un gran huracán extremadamente peligroso para el jueves".

LOS RESIDENTES HACEN ACOPIO DE GASOLINA Y ALIMENTOS

La población ha acudido a los supermercados y gasolineras de los dos estados para hacer acopio de alimentos y gasolina ante la creciente fuerza del fenómeno meteorológico.

Las evacuaciones han provocado que algunas gasolineras de la zona costera se hayan quedado sin suministros, según ha indicado un portavoz de la Asociación de Petroleros de Carolina del Norte, que han confirmado que los suministros han sido reemplazados rápidamente.

Una gasolinera de BP en Wilmington, en Carolina del Norte, donde se prevé que el huracán toque tierra, se ha quedado sin suministros durante dos hora este lunes por la tarde, según la encargada, Nadine Schrock.

"La gente se está poniendo nerviosa. Sé de gente que se ha enfadado porque nos hemos quedado sin gasolina", ha manifestado. "Les hemos dicho que los suministros estaban de camino", ha añadido. La gasolinera ha registrado el triple de clientes que cualquier otro día del año.

"Probablemente es la punta del iceberg", ha aseverado Patrick DeHaan, jefe de la Asociación de Petroleros, que ha aseverado que lo más probable es que los apagones provocados por el huracán más adelante dejen fuera de servicio algunas estaciones.