La concesión hoy de la independencia a la Iglesia ucraniana, que estaba subordinada desde hace más 300 años al Patriarcado de Moscú, abre un nuevo campo de batalla entre Rusia y Ucrania.

El Sagrado Sínodo de la Iglesia de Constantinopla tomó la decisión de "garantizar la Autocefalia a la Iglesia de Ucrania", con lo que satisfizo la petición que le hizo en su momento el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko.

Presidido por el patriarca ecuménico de todos los ortodoxos, Bartolomé, el Sínodo anuló durante su reunión en Estambul el "tomos" (decreto) que adscribía la iglesia ucraniana a la rusa desde 1686.

De esta forma, allanó el camino para la unificación de los más de 30 millones de fieles ucranianos bajo un solo templo, que a partir de ahora tendrá la misma autoridad que las otras 14 iglesias ortodoxas ya existentes en el mundo, incluido la rusa.

Durante los últimos tres siglos todos los ortodoxos que vivían bajo el techo del imperio ruso, incluido los ucranianos, dependían del Patriarcado de Moscú, pero en los últimos años había cada vez más partidarios del cisma con la iglesia rusa.

Esta tendencia, que tomó fuerza con la Revolución Naranja de 2004 en Ucrania, se exacerbó con la anexión rusa de Crimea y el apoyo del Kremlin a la insurgencia prorrusa en el este del país, acontecimientos en los que el Patriarcado de Moscú apoya a pies juntillas al presidente ruso, Vladímir Putin, un creyente confeso.

El Sínodo celebrado en los últimos días bajo la égida del Patriarcado Universal de Constantinopla también levantó el anatema que existía sobre Filaret, el líder de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, que fue excomulgado por Moscú por autoproclamar una iglesia independiente tras la caída de la Unión Soviética.

Nada más conocerse la decisión, Filaret adelantó que "en breve" convocará un concilio para consumar la unificación de todos los ortodoxos ucranianos y también de las parroquias y monasterios.

"Yo creo que el proceso de unificación será rápido", auguró.

Según la prensa, en estos momentos más de 12.000 parroquias son leales al patriarca de Moscú, Kiril, y otras 5.000 al de Kiev, Filaret.

Actualmente en Ucrania hay tres Iglesias ortodoxas: una dependiente de Moscú, que es mayoritaria, otra del Patriarcado kievita y una tercera, minoritaria, que se independizó de Rusia en 1920 y que se autoproclamó Iglesia Autocefálica Ortodoxa de Ucrania.

Constantinopla también retiró el anatema que existía sobre Makari, el líder de la Iglesia Autocefálica Ortodoxa de Ucrania.

En previsión de posibles conflictos entre dichas iglesias, el Sínodo llamó "a todas las partes involucradas a evitar la apropiación de iglesias, monasterios y otras iglesias, así como cualquier acto de violencia y represalia, de forma que prevalezca la paz y el amor de Cristo".

En abril pasado Poroshenko se reunió en Estambul con Bartolomé y, seguidamente, propuso al Parlamento la creación de una iglesia independiente, lo que consideró de una importancia "geopolítica", ya que significaría "la independencia definitiva de Moscú".

"Esta es la victoria de Ucrania, nuestra victoria común", señaló hoy el mandatario en un mensaje de su cuenta de la red social Twitter.

En su opinión, la creación conjunta de una iglesia independiente "es el camino hacia la paz, la calma y la comprensión", porque el objetivo del Kremlin "es encender una guerra religiosa en Ucrania".

La Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR) calificó la decisión de "catastrófica" para su propia estructura y para la Ortodoxia mundial, aduciendo que representa, de hecho, "la legalización de la escisión".

"La respuesta será muy firme y dura", adelantó Ígor Yakimchuk, portavoz de la IOR, quien dijo que el Sínodo de la iglesia rusa se reunirá el 15 de octubre en Minsk para tomar una decisión.

Moscú, que ya había suspendido las misas conjuntas y las menciones en sus homilías a Bartolomé, amenazó con romper relaciones con Constantinopla si ésta reconocía la independencia del Patriarcado de Kiev.

Esta semana Kiril predijo "el fracaso total" del cisma y denunció que "todas las fuerzas del mal" están centradas en dividir a las iglesias rusa y ucraniana.

Recordó los tiempos en que los bolcheviques intentaron lo mismo, deteniendo al patriarca Tijon y fusilando a muchos religiosos.

Los ortodoxos rusos mantienen que Bartolomé es el líder universal de los ortodoxos, pero "no es como el papa romano", ya que la Iglesia ortodoxa no es como la católica, donde el pontífice "lo decide todo por sí solo".

La IOR ya se enfrentó al Vaticano cuando el papa Juan Pablo II intentó crear un patriarcado católico en Ucrania para la Iglesia Grecorromana o Uniata, que incluye a seis millones de fieles.