El Ministerio del Interior macedonio ha confirmado que el ex jefe de Gobierno Nikola Gruevski ha eludido la Justicia y ha huido a Hungría, donde ha solicitado asilo político.

El departamento de Interior húngaro ha confirmado en su página web que Gruevski efectivamente se encuentra en Budapest.

La información sobre su huida la había facilitado hoy el propio Gruevski en su cuenta de la red social Facebook, pero su veracidad no pudo ser confirmada en un primer momento.

"En los últimos días he recibido numerosas amenazas de muerte. Ahora estoy en Budapest y he pedido asilo político a las autoridades húngaras", escribió Gruevski.

La Policía macedonia emitió anoche una orden de detención contra él, tras no haberse presentado en prisión en el plazo previsto y no haber podido ser localizado en su residencia después de varios intentos.

Se espera que en las próximas horas se dicte una orden de arresto internacional, una vez confirmado que Gruevski ya no se encuentra en el país.

El ex primer ministro fue condenado en mayo a dos años de prisión por tráfico de influencias en relación con la compra de un Mercedes blindado para su Gobierno en 2012 y su recurso fue rechazado la semana pasada.

En Hungría, el Gobierno de Viktor Orban en un principio se había limitado a señalar que no podía "confirmar ni desmentir" que el exlíder de la alianza conservadora VMRO-DMPNE se encontraba en el país.

El gabinete indicó que no podía "comentar casos individuales de solicitud de asilo que están en procedimiento", lo que ya dejaba entrever la posibilidad de que se encontrara allí.

La pregunta que se hace ahora la prensa macedonia es cómo pudo salir del país si no tenía pasaporte.

Tanto su pasaporte normal como el diplomático le habían sido retirados en 2017, después de que se abriesen en su contra varios procedimientos judiciales.

El Ministerio macedonio del Interior aseguró en un comunicado que el exlíder conservador no salió del país por ninguno de los pasos fronterizos oficiales, lo que ha llevado a los medios a especular con la posibilidad de que pueda haber cruzado de forma ilegal y haber contado con ayuda de Serbia, con cuyo Gobierno ha mantenido buenas relaciones.

Los medios parten de la base de que en ningún caso pudo llegar a Budapest sin apoyo oficial de Serbia y Hungría.

Gruevski ha mantenido estrechas relaciones políticas con Orban, con cuya línea se alineó cuando se trató de sellar la ruta de los Balcanes durante la crisis de los refugiados en 2015 y 2016.

Preguntado si hubo un fallo por parte de las autoridades macedonias, el primer ministro, Zoran Zaev, afirmó que "la policía no tenía derecho a privarle de su libertad sin orden judicial", mandato que se dictó el lunes por la noche.

El escándalo en torno a Gruevski se remonta a 2015, cuando la entonces oposición socialdemócrata -ahora partido en el poder- filtró unas grabaciones ilegales que le inculpaban de estar involucrado en las intervenciones telefónicas de unas 20.000 personas.

Entre dichas conversaciones había algunas que supuestamente mostraban que el entonces jefe de Gobierno influyó en la licitación pública del citado automóvil.

Las grabaciones destaparon otros muchos casos susceptibles de constituir delitos penales y, bajo la presión de la Unión Europea y Estados Unidos, se estableció una fiscalía especial para investigarlos.

Gruevski fue acusado en relación con cinco de ellos, pero el citado fue el primer caso en el que se dictó sentencia.