La ex primera dama de Filipinas Imelda Marcos ha recibido este viernes la libertad bajo fianza después de convencer a un tribunal para que aplazara su detención tras su condena hace una semana por corrupción.

El movimiento deja a Marcos en libertad para preparar lo que podría ser un largo desafío legal, pero alimentará aún más las críticas al trato especial para una familia políticamente influyente.

Marcos, de 89 años y poseedora de una enorme colección de joyas, arte y zapatos, ha pagado una fianza de 150.000 pesos (alrededor de 2.509 euros) una semana después de haber sido declarada culpable de siete cargos de corrupción relacionados con el uso de cuentas suizas.

La posibilidad de su detención ha captado la atención en el país, pero el tribunal anticorrupción no ha dado ninguna explicación de por qué no emitió una orden de arresto tras el veredicto.

Marcos tiene la intención de apelar la decisión y, si es rechazada, puede impugnarla ante el Tribunal Supremo.

Ferdinand Marcos gobernó Filipinas durante dos décadas y aplicó una férrea persecución de la disidencia con miles de detenidos, muertos y desaparecidos. El dictador, que amasó en el poder una fortuna superior a los 10.000 millones de dólares, murió en el exilio en 1989, pero su familia más cercana ha intentado continuar su legado.

El actual presidente filipino, Rodrigo Duterte, no oculta sus buenas relaciones con la familia Marcos e incluso ha llegado a alabar la firmeza del dictador. El mandatario ha acudido en varias ocasiones a actos oficiales acompañado por Imee Marcos.