La titular de la Secretaría General Iberoamericana, la costarricense Rebeca Grynspan, aseguró hoy que las crisis de Nicaragua y Venezuela sí fueron debatidas en la XXVI Cumbre Iberoamericana.

A pesar de que no se hace mención a ninguna de ellas ni en la Declaración Final ni en los comunicados especiales, Grynspan dijo que los dos países estuvieron presentes a través de sus representantes y que en la plenaria cada uno dijo "lo que tenía que decir" respecto de su "propia situación".

Esto -defendió en la rueda de prensa al final de la cumbre- como debe ser en un foro multilateral que es "para que haya diálogo, para que haya discusión", porque, agregó, no necesariamente todos los países miembros están de acuerdo en el mismo punto de vista.

Por su parte, la canciller guatemalteca, Sandra Jovel, indicó en la misma rueda de prensa que el espacio iberoamericano es "un foro muy sano" en el que cada presidente o representante tiene la opción de dar a conocer "su punto de vista y el mismo no se politiza".

Solo el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, hizo mención durante su intervención en la plenaria a la situación de Nicaragua, pidiendo ayuda internacional para solventar la crisis, y a la de Venezuela, de la cual indicó que la solución debe encontrarse en el marco del derecho internacional.

La canciller y la secretaria iberoamericana también fueron preguntadas por la ausencia entre los temas de la Cumbre de la corrupción y de la decisión del Gobierno guatemalteco de no renovar el mandato de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), que vence en septiembre de 2019, y de no permitir entrar a su jefe, el abogado colombiano Iván Velásquez.

Jovel dijo que la CICIG "no es un tema de interés iberoamericano" y la Grynspan reiteró que el tema de la corrupción fue abordado con el objetivo de recuperar la confianza de la ciudadanía, mejorar la rendición de cuentas y unir esfuerzos para combatir el flagelo.