Las autoridades de México han informado este domingo de que deportarán a unos 500 migrantes que trataron de entrar en Estados Unidos "de forma violenta", según ha indicado la Secretaría de Gobernación mexicana en un comunicado.

El Gobierno ha indicado además que ha logrado recuperar el control de la zona fronteriza con Estados Unidos, en el estado de Baja California, tras una serie de protestas por parte de los migrantes procedentes de Centroamérica.

"A través del Instituto Nacional de Migración (INM) se procederá a deportar inmediatamente a las personas plenamente identificadas que participaron en estos hechos violentos", ha indicado la SEGOB.

"Dichos actos de provocación, lejos de ayudar a sus objetivos, atentan contra el marco legal migratorio y pueden resultar en un grave incidente en la línea fronteriza", recoge el texto.

Este mismo domingo, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos ha cerrado al tráfico el paso fronterizo de San Ysidro que comunica San Diego, en California, con Tijuana, en México.

El paso está cerrado en ambas direcciones en este punto, uno de los más transitados de la veintena de accesos entre ambos países. Por el momento se desconoce el motivo del cierre, aunque en el lugar se encuentran cientos de migrantes que pretenden pedir asilo en Estados Unidos.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a amenazar con cerrar por completo "en caso de que sea necesario" la frontera con México para combatir la inmigración irregular y prevenir la entrada de los migrantes que forman la caravana centroamericana.

La declaración de Trump se produce en el contexto de la tensa situación que se vive en la frontera, donde en el territorio de México se han concentrado miles de migrantes escapando de los países más pobres de Centroamérica: Guatemala, Honduras y El Salvador.

Trump ha intentado bloquear el ingreso a Estados Unidos de miles de centroamericanos que viajan en caravanas y ha ordenado que los inmigrantes que entren ilegalmente al país desde México sean excluidos de los programas de asilo. Esa orden fue suspendida temporalmente por un juez estadounidense.

Miles de migrantes de Honduras, El Salvador y Guatemala huyen cada año de la violencia y pobreza en sus lugares de origen en busca del sueño americano en Estados Unidos. Sin embargo, no todos logran llegar al país y muchos son deportados, mientras que otros se quedan en México o pierden la vida durante la larga y peligrosa travesía.

BUSCANDO UNA SOLUCIÓN

Andrés Manuel López Obrador, que asumirá la Presidencia de México el 1 de diciembre, ha aseverado que buscará eliminar las causas de la migración creando más empleos y mejorando las condiciones de vida en México y Centroamérica. A cambio, espera que Trump y el Gobierno de Canadá acepten ayudar a impulsar el desarrollo económico en la región.

Un grupo del gobierno de transición mexicano, encabezado por el futuro ministro de Exteriores, Marcelo Ebrard, se encuentra abordando con las autoridades estadounidenses las posibles soluciones al problema migratorio.

"Estamos teniendo un diálogo muy fluido y muy respetuoso con Estados Unidos (...) porque nos preocupa, de manera muy especial, que en este momento está aglutinándose un grupo importante de migrantes en la frontera", ha indicado a Reuters Roberto Velazco, portavoz de Ebrard.

"Esta situación no es sostenible para México, es muy compleja. Eso es lo que más nos preocupa. Tampoco es sostenible para los propios migrantes. ¿Cuánto tiempo pueden pasar allí? (...) (El plan) sería para aplicarse en las próximas semanas o meses, pero todavía no tenemos ninguna solución", ha explicado.

La Administración mexicana saliente también ha ofrecido beneficios laborales, sanitarios y de educación a los migrantes que regularicen su situación a través del programa ''Estás en tu casa''. Dichos esfuerzos han recibido el respaldo del sector privado.