Los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN discutirán este martes la viabilidad del futuro del Tratado de Fuerzas Nucleares con alcance intermedio sellado entre Estados Unidos y Rusia en 1987 ante los reiterados incumplimientos del pacto por parte de Moscú que viene denunciando Washington y que han llevado al presidente estadounidense, Donald Trump, a anunciar la retirada de su país.

Los aliados esperan a priori que la Administración estadounidense aplace unos meses --posiblemente a febrero-- la notificación de su salida del tratado, que parecía inminente esta semana, tras la conversación que mantuvieron en los márgenes del G20 en Argentina el mandatario estadounidense y la canciller alemana, Angela Merkel, alegando la necesidad de centrarse en rebajar la tensión en el mar de Azov.

"Al final, va a haber cierto acuerdo sobre cuáles son los calendarios y las formas en que se va a producir la salida de Estados Unidos" del tratado, según fuentes de la Alianza, que recuerdan que se trata de "una decisión estadounidense" pero habría un coste "político" si no lo decide "conjuntamente" con sus aliados y respetando los términos del propio tratado, no de forma abrupta.

También admiten que en la decisión de la Administración estadounidense de retirarse del pacto no sólo pesa el incumplimiento de Rusia del acuerdo, sino también China, que "no está bajo el paraguas" del tratado y "están haciendo lo que les da la gana", algo que preocupa tanto a Washington como a Moscú.

"Sobre los plazos, la secuencia, no comentaré por ahora. La situación como está no puede continuar y los aliados discuten en la actualidad cómo responder a esta cuestión muy seria", ha avanzado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en rueda de prensa antes de la reunión ministerial de dos días, en la que el pacto nuclear será un asunto "principal" a discutir.

Stoltenberg ha dejado claro que "todos" saben que "el tiempo se está agotando" y la situación "no es sostenible" y ha reclamado a Rusia "pasos inmediatos" para garantizar el "pleno" cumplimiento de forma "transparente y verificable" del tratado, que "ha sido puesto en peligro por Rusia" dado que "EEUU está plenamente en cumplimiento del Tratado INF".

"Rusia ha desarrollado, producido y desplegado un nuevo misil. Es móvil y difícil de detectar y podría llevar cabeza nuclear. Y podría alcanzar ciudades europeas sin o con escaso aviso previo", ha avisado, insistiendo en que podría alcanzar ciudades europeas "en minutos".

"Tomaremos todas las decisiones necesarias para que todos los aliados estén seguros y garantizar que seguimos teniendo una disuasión y defensa creíble", ha apostillado, insistiendo en que es "un poco pronto" anticipar las posibles decisiones de los ministros. "No mimetizaremos lo que Rusia hace, avión por avión, misil por misil y tanque por tanque", ha puntualizado con todo.

ENCUENTRO CON EL MINISTRO UCRANIANO

Los aliados discutirán además el deterioro en el mar de Azov con su homólogo ucraniano, Pavlo Klimkin, tras el incidente del pasado 25 de noviembre en el que la Guardia Costera rusa apresó cerca del estrecho de Kerch tres barcos ucranianos y detuvo a sus 24 tripulantes con el argumento de que se habían adentrado en sus aguas territoriales, en una reunión a la que también asistirá el ministro de Exteriores georgiano para salvar el veto de Hungría a que la OTAN se reúna con Ucrania por su ley que limita que la minoría húngara reciba educación en su idioma.

La OTAN descarta enviar buques a la zona como ha reclamado el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, algo que ningún país aliado ha planteado. "No, por el momento no. Nadie (en la OTAN) lo ha puesto sobre la mesa", han explicado fuentes de la Alianza.

Stoltenberg ha dejado claro que "no hay justificación para el uso de la fuerza" por parte de Rusia en la zona y ha apelado a "la calma y la contención". "Rusia debe liberar los barcos y marinos ucranianos y permitir la libertad de navegación" en el mar de Avoz, así como el acceso de Ucrania a los puertos en dicho mar.

El noruego ha recordado que la OTAN ya ha reforzado su presencia en el mar Negro y en el flanco este tras la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia y seguirá prestando apoyo "práctico y político" a Ucrania, al margen del apoyo directo, en términos de entrenamiento y equipos, que brindan varios aliados a título bilateral, preguntado si la OTAN está dispuesta a enviar buques a la zona como ha pedido Poroshenkon.

LAS AMENAZAS DEL SUR

Los aliados discutirán durante la cena las amenazas procedentes de Oriente Próximo y el Norte de África y el apoyo a los socios de la región, incluida la misión de entrenamiento de las fuerzas locales en Irak y al día siguiente abordarán la la operación entrenamiento de la OTAN en Afganistán, a la que España aporta 61 efectivos, incluidos dos equipos de operaciones especiales, de los más de 16.000 sobre el terreno.

Stoltenberg ya ha avisado de que "el coste de irse (de Afganistán) es mayor que el coste de quedarse", insistiendo en la necesidad de que el país vuelva a convertirse en un santuario de terroristas. "Hemos combatido a Estado Islámico en Irak y Siria durante años, hemos hecho mucho progreso, pero tenemos que garantizar que el califato que ISIS ha perdido en Irak y Siria no se restablezca en Afganistán", ha remachado.

BALCANES

Los aliados también discutirán la situación en los Balcanes occidentales el miércoles con la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini.Los aliados invitarán a Bosnia y Herzegovina a presentar su primer plan anual nacional, "preludio de la activación del plan de acción para la adhesión", según fuentes de la Alianza.

"Esto es un instrumento importante para ayudar al país a aplicar las reformas políticas, económicas y en defensa. Ahora compete a Bosnia y Herzegovina aceptar esta oferta", ha dicho Stoltenberg, que ha recordado también que la OTAN podrá firmar el protocolo de adhesión de la República del Norte de Macedonia en cuanto aplique el acuerdo con Grecia sobre la designación oficial del país.

Respecto a Kosovo, donde la UE facilita la negociación entre Prístina y Belgrado, para avanzar en la normalización de sus relaciones, Stoltenberg ha pedido a Pristina que evite una retórica provocativa y ha insistido --preguntado por un posible intercambio de territorios entre las partes-- en que cualquier solución final deberán contar con el visto bueno de ambas partes, al tiempo que ha asegurado que la misión de la OTAN Kfor seguirá contribuyendo a la estabilidad sobre el terreno.

España, que rechaza reconocer la independencia de Kosovo, rechaza por su parte la transformación de las fuerzas kosovares en un Ejército al entender que "es contrario" al acuerdo que la OTAN firmó para formarles.