La primera ministra británica, Theresa May, dijo hoy que dialoga con los diputados sobre la salvaguarda del "brexit", pensada para evitar una frontera física entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), y no descartó que sean ellos los que, en su momento, decidan si se activa o no.

Esa salvaguarda o "garantía" está contenida en el acuerdo del "brexit" aprobado el pasado noviembre por los líderes de los 27 Estados que permanecerán en la UE tras el divorcio, y que será votado en la Cámara de los Comunes el próximo 11 de diciembre.

Conocida como "backstop", prevé que el Reino Unido permanezca en la unión aduanera y que la provincia británica de Irlanda del Norte también esté alineada con ciertas normas del mercado único europeo, salvo que Londres y Bruselas presenten una solución alternativa para la frontera o hasta que establezcan una nueva relación comercial.

Esta garantía, que puede llegar a ser indefinida si no hay un acuerdo comercial entre las partes, ha causado un descontento generalizado entre diputados de distintos partidos, que ya han dicho que votarán en contra del pacto en la Cámara de los Comunes.

Sin embargo, May dio a entender hoy en unas declaraciones a la cadena BBC que los diputados pueden tener voz a la hora de decidir si, llegado el momento, se activa ese "backstop" o no.

"En primer lugar, el ''backstop'' es algo en que nadie quiere entrar, y estaremos trabajando para asegurar que no entramos", agregó.

"Reconozco que hay preocupaciones de mis colegas sobre la labor del Parlamento (...), así que estoy hablando con los colegas para ver si el Parlamento pueda tener un papel sobre si entramos (en el backstop)", afirmó la "premier".