El Gobierno de Dublín acelera la aplicación de medidas para hacer frente a un "brexit" sin acuerdo, después de que el Parlamento británico rechazase este martes el pacto negociado con Bruselas, entre otras cosas por el problema de la frontera entre las dos Irlandas.

El primer ministro irlandés, el democristiano Leo Varadkar, lamentó hoy el rotundo "no" de la Cámara de los Comunes al plan de salida del bloque comunitario de su colega británica, la conservadora Theresa May, a la que trasladó toda la "responsabilidad" para que aporte soluciones a la parálisis que afecta a este largo divorcio con la Unión Europea (UE).

En su opinión, un "brexit" a las bravas tendría un "profundo impacto negativo en el empleo" en las dos jurisdicciones de la isla, al tiempo que "no serviría para proteger la paz" en la provincia británica de Irlanda del Norte.

"La responsabilidad recae sobre Westminster para encontrar opciones sobre las que haya consenso (en esa cámara) y que la UE e Irlanda consideren aceptables", dijo hoy el "Taoiseach" (primer ministro) en una comparecencia ante los medios en Dublín.

La principal línea roja, advirtió, es la cuestión de la salvaguarda sobre la frontera norirlandesa, incluida en el pacto suscrito por Londres y Bruselas para mantenerla tan abierta como sea posible tras la separación, clave para el proceso de paz.

"Haremos todo lo posible para evitar una frontera dura", prometió Varadkar, quien subrayó, no obstante, que el fantasma de un "brexit" sin acuerdo ha llevado a su Gobierno a diseñar planes de contingencia "que ya estamos ejecutando".

"Esto incluye la aprobación de una batería de leyes específicas sobre el ''brexit''; preparativos en nuestros puertos y aeropuertos para iniciar controles aduaneros, sanitarios y fitosanitarios; planes para evitar la interrupción del suministro y transporte de medicinas; y otras medidas encaminadas a apoyar a nuestros exportadores, agricultores y ganaderos", expuso el "Taoiseach".

También dijo que, en línea con la política de sus socios comunitarios, está dispuesto a dialogar y ofrecer clarificaciones sobre la citada salvaguarda ("backstop" en inglés), pero recalcó que el acuerdo no puede ser modificado "significativamente" y que esa garantía es intocable.

Este mecanismo de seguridad es el principal escollo para que Westminster acepte el pacto de salida y Dublín, que cuenta, de momento, con el apoyo de los Veintisiete, ha sido tajante al respecto durante el proceso negociador.

Además se guarda una baza importante, pues Varadkar podría vetar cualquier intento de Bruselas por suavizar o alterar la función básica de la salvaguarda, a fin de facilitar a May el trámite parlamentario.

"No creo que la UE esté de humor para cambiar significativamente el acuerdo de salida (...) Los que han rechazado la salvaguarda no tienen alternativas a la clarificaciones que hemos aportado al respecto", opinó hoy el viceprimer ministro irlandés y titular de Exteriores, Simon Coveney.

El "backstop" establece que si no hubiera un acuerdo comercial al final del periodo de transición, en diciembre de 2020, todo el Reino Unido formaría una unión aduanera, pero la provincia británica de Irlanda del Norte tendría un estatus especial alineado con el mercado único europeo, a fin de mantener abierta la frontera.

A este respecto, la UE ofreció este lunes a May aclaraciones sobre la salvaguarda y reiteró que solo se activará en caso de que Londres y Bruselas no alcancen un acuerdo comercial o hasta que haya una "solución mejor".

"Si no hay una relación futura que resuelva la cuestión fronteriza, entonces se aplicará el ''backstop'', que conlleva controles mínimos sobre los bienes que circulen entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña (Escocia, Gales e Inglaterra)", señaló Coveney.

El "tanáiste" (viceprimer ministro) se mostró más flexible respecto a la posibilidad de que May solicite una extensión de la vigencia del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, en relación a la fecha oficial fijada para el "brexit" para el próximo 29 de marzo.

Coveney aseguró que su Gobierno no "bloqueará esa opción", aunque precisó que Londres debe "tener un plan concreto" para consumar este complicado divorcio.

El "número dos" del Ejecutivo de Dublín dio por hecho que May superará la moción de censura lanzada contra ella por la oposición laborista, lo que le dejará vía libre para tratar de adoptar una nueva postura conjunta sobre el "brexit" con todos los partidos, a fin de lograr una mayoría parlamentaria sobre este asunto.

"Cuando sepamos cuál es ese nuevo enfoque, que lo presentará el próximo lunes, trataremos de responder de una manera positiva", agregó Coveney.