El nacionalista Mario Cabrera tomó ayer de nuevo posesión como presidente del Cabildo de Fuerteventura, donde gobernará los próximos cuatro años, con el apoyo de los socialistas, la corporación insular, donde inicia su tercer mandato con "la misma ilusión" pero con más madurez política.

Así lo manifestó Cabrera en el pleno de constitución de la corporación, donde tomaron posición los ochos consejeros de CC, los cuatro del PSOE, los cinco del PP, así como los tres del Partido Progresista Majorero y dos de Asambleas Municipales de Fuerteventura.

Estas dos últimas formaciones políticas entran por primera vez a formar parte del Cabildo.

El presidente del Cabildo subrayó su compromiso con que el diálogo y el trabajo coordinado para buscar los mayores consensos posibles "se conviertan en las dos claves que definan la forma de actuar en el Cabildo de Fuerteventura".

Cabrera se comprometió, ante "el desencanto y la rebeldía" que se extiende en muchos grupos de vecinos "acosados" por el desempleo y la falta de futuro, a dedicar el cien por cien de las energías y esfuerzos al trabajo "en defensa de Fuerteventura, de la dignidad y en la búsqueda" de un futuro para los habitantes de la isla.

Mario Cabrera aseguró que no van a "malgastar ni un ápice de energía en "los personalismos, enfrentamientos artificiales o artificiosos, y en el partidismo".