El piloto de motos español Marc Coma (KTM) se resiste a cantar victoria en el Dakar y sigue firme con su discurso cauteloso a falta de una etapa para el final de la carrera.

"Quedan 180 kilómetros y cuentan igual que los otros. Vamos a ser cautos, nos queda poco, pero todavía queda", dijo Coma, quien recordó: "la carrera termina mañana, no hoy".

El catalán dio hoy un nuevo golpe de autoridad y se adjudicó la duodécima etapa, entre San Juan y Córdoba, por delante del francés Cyril Despres (KTM), a quien saca 16 minutos y 36 segundos en la general.

Pese a que sobre el papel lo más complicado de la carrera ya había pasado, Coma destacó la dificultad de la jornada, sobre todo debido al barro que inundó algunas zonas del trazado.

"Parece que ''día complicado'' es la frase del rally. Hoy fue larguísimo, la primera parte con mucho barro porque había llovido mucho y era súper complicado conducir".

Pero el segundo tramo aún estaba peor, ya que los camiones, que excepcionalmente salían los primeros en esta etapa, dejaron el camino impracticable.

"Parecía que hubiese pasado la guerra", comentó Coma, que tuvo que aprovechar las paradas de combustible para limpiar el radiador con agua y controlar que cada cosa estuviera en su sitio en su KTM.

En la última parte de la especial, de 555 kilómetros, los motoristas pudieron finalmente afrontar una zona más divertida en la que privilegió el pilotaje.

"La última parte fue más típica, con mucho pilotaje, más grip y divertido, pero siempre con la tensión de la carrera, que se está acabando", indicó.