La lluvia caída entre diciembre de 2008 y enero de este año ha sido tan intensa y el nivel del acuífero subió tanto que el agua está aflorando en determinados puntos de la Vega de Aguere a través del terreno y recorriendo distancias superiores a los 500 metros, como ocurría ayer en la antigua carretera de Las Mercedes, llegando a la altura del parque Pedro González.

La mayoría de los vecinos llamaron a Teidagua porque creían que se había roto una tubería, pero el gerente de dicha empresa, Javier Davara, y el concejal de Seguridad Ciudadana, Antonio Pérez Godiño, dijeron: "Bendita agua".

Al preguntarles a ambos sobre la situación, mostraron su alegría a este periódico al afirmar que lo que está pasando en la Vega lagunera es que el acuífero tiene tanta agua que está buscando cualquier sitio por donde salir a la superficie. Dijeron que si se hace un orificio de uno o dos metros sale agua.

La elevada presencia de agua subterránea y la lluvia caída sobre la ciudad, ha motivado que la hierba y el musgo, tan característicos del pasado, vuelvan a destacar en el paisaje urbano, como en los tejados, adoquines de los callejones, paredes y huertas.

El gerente de Teidagua señaló que "este hecho es importante porque los pozos que estaban secos han empezado a recargarse y hemos notado que los ciudadanos están gastando menos agua. Ello se debe a que los que empleaban el preciado líquido para regar sus jardines ahora no les hace falta".

Por su parte, el profesor Leoncio Afonso Pérez explicó a EL DÍA: "El Valle de Aguere no desaguaba en el pasado por el barranco de La Carnicería, sino por Los Rodeos. Más tarde la ciudad se rellenó de forma natural por erupciones volcánicas que taponaron las salidas del agua, formándose la laguna que dio nombre a la ciudad. La misma, como no drenaba, en el siglo XVIII fue desecada, pero en el subsuelo, al no filtrarse, quedó siempre un importante acuífero. Ahora el nivel freático es tan alto que es lógico que el agua salga a la superficie".