El Obispado de Tenerife estrenó ayer su nueva capilla de su sede, bendecida por el prelado nivariense. La obra es fruto del trabajo de un grupo internacional y ecuménico dirigido por el jesuita esloveno Marko Ivan Rupnik, célebre autor que, junto a sus colaboradores, ha dejado su impronta en el Vaticano, la Catedral de Madrid y el Santuario de Lourdes.

Desde 1991, Rupnik trabaja en el Pontificio Instituto Oriental de Roma. También enseña en la Pontificia Universidad Gregoriana y, desde 1995, dirige el taller de arte espiritual del Centro Aletti. Además, ejerce como consultor del Pontificio Consejo para la Cultura. A sus actividades de artista y teólogo, añade la más específicamente pastoral, sobre todo mediante conferencias y la dirección de tandas de ejercicios espirituales. Desde hace años, su obra ha relacionado el arte occidental y el iconográfico oriental. De hecho, se le conoce como el "artista del color", lo que corrobora la obra inaugurada ayer.

La capilla representa en su mosaico central el misterio de Pentecostés. Según explica su autor, "la Virgen aparece rodeada de los apóstoles, sobre los que desciende el Espíritu y, en su manto rojo, acoge a toda la Iglesia y, por tanto, a esta diócesis, en la que garantiza la unidad y el dinamismo misionero". También se ha incluido una mampara que permite la creación de un espacio multiuso. En uno de los lados de esta puerta plegable, se han plasmado los nombres de los santos y beatos canarios, "como concreción histórica de la santidad en las Islas. En la otra parte, "se hace visible la imagen de una tienda, recordando que el verbo puso su tienda entre nosotros. Esa tienda ahora es esta iglesia diocesana, sobre la que desciende el Espíritu".