Indignación, desconcierto, malestar. Con ese estado de ánimo abandonó ayer gran parte de los vecinos de Tabaiba la reunión informativa que mantuvieron con varios miembros del Ayuntamiento de El Rosario para abordar el cierre de la vía que une las partes alta y baja de la urbanización.

El cabreo de algunos fue tal que salieron de la reunión apenas quince minutos después de haber comenzado. ¿La razón? "No me gusta que me tomen el pelo". Así de explícito se mostró, por ejemplo, Alfredo del Castillo, al que no le convencieron nada los argumentos esgrimidos por, entre otros, el concejal de Urbanismo rosariero, José Antonio Estévez.

"Yo vine a la reunión para saber cuándo se va a hacer la obra y no para películas", subrayó este vecino, quien advirtió de que por el cierre de la citada vía -desde finales de noviembre- "mucha gente" -en alusión a los comercios- está "pasándolo mal" desde el punto de vista económico.

Del malestar vecinal dio cuenta también otro asistente a la reunión de ayer, el concejal de IR-Verdes, Jacinto Correa. A falta de la versión del ayuntamiento, pues el concejal del área no atendió a este periódico a pesar de que se había comprometido a ello, Correa detalló que el consistorio informó de que ya tenía hecho el proyecto, que está pendiente de los informes del Cabildo de Tenerife. También indicó que fue remitido esta misma semana a la Corporación insular.

La iniciativa contempla una actuación en tres fases, que comenzarían en la parte alta de la urbanización.

En principio, y según dedujo también el concejal de IR-Verdes, en función de los plazos que suele manejar la administración, las obras no comenzarán, como mínimo, hasta finales de febrero.

La carretera que une Tabaiba Alta con Tabaiba Baja, que pasa por debajo de la autopista TF-1 a través de un túnel, se cerró a finales de noviembre por desprendimientos en un talud.