La polémica de las últimas semanas entorno al Cirkus Kaos ha llevado no solo a una protesta en el exterior de la instalación antes de su apertura, sino también a la rotura de parte de su cartelería, que ha acabado rasgada y por el suelo, según lamentó el director del espectáculo, Enrique Luna, que el viernes trabajaba junto a su abogado en la presentación de una denuncia por estos hechos.

Según calculó el empresario bilbaíno, el destrozo de los pósteres asciende a al menos unos 2.000 euros, mientras que la cifra global, añadiéndole los "daños y perjuicios" por la ausencia de esa difusión, ronda los 15.000.

"Teníamos muchos carteles en zonas donde hay cámaras y esperamos que vean quién ha sido", indicó Luna, que también se refirió a que, tras lo ocurrido, "muchísimas personas" piensan que el circo "no está ni trabajando", lo que ha derivado en funciones con menos de la mitad del público que tenían previsto.

Como se recordará, todo eso se desencadenó después de la reciente aprobación por parte del Ayuntamiento de Santa Cruz de una moción que para impedir los circos con animales en la capital, a lo que siguió el acuerdo del Pleno lagunero sobre este asunto y, al mismo tiempo, la llegada del Cirkus Kaos al municipio, a un descampado de Guajara.

Y con un elefante de tres toneladas y media, tres tigres blancos, un león blanco y una pantera, este recinto se ha convertido en objeto de críticas por parte del sector animalista tinerfeño. Estas son contestadas con rotundidad por Luna, que insistió en que allí no se maltrata a los animales. "Pedimos a la gente que viene a ver el circo que sean ellos los que nos juzguen", manifestó, antes de resaltar que, en dos horas y media de espectáculo, el tiempo de animales es reducido.

A las protestas y roturas de carteles se han unido también las visitas de la Policía Ecológica, el Seprona y de veterinarios del Cabildo de Tenerife, señaló Enrique Luna, que contrapuso el caso lagunero con el reciente de Las Palmas de Gran Canaria: "Allí tuvimos un éxito increíble con más de 94.000 personas".

En la mañana del pasado viernes, durante la visita de este periódico, los animales estaban alojados en unos remolques, en unos casos, y en el exterior, en otros, como ocurría con uno de los tigres blancos y con el elefante de esta empresa de capital español, que ha recorrido Asia y el Pacífico, y en la que trabajan entre 50 y 60 profesionales de nacionalidades como Estados Unidos, Checoslovaquia e Italia, entre otras.