La demolición en Las Chumberas -el paso que dará pie al resto de la reposición- tendrá lugar, si todo va según lo previsto, en el último trimestre de este año, posiblemente en octubre. En ese período se comenzará con el derribo del bloque 15. Ese es el cálculo del Ayuntamiento de La Laguna, y así se lo transmitió a los vecinos en el transcurso de una reunión que tuvo lugar en la noche del martes.

Concretamente, al encuentro se sumaron el alcalde, José Alberto Díaz, así como la concejala de Urbanismo, Candelaria Díaz, y la de Vivienda, Flora Marrero. "Hicimos un histórico desde que empezamos en 2009, y recordamos que hasta 2016 no se firmó el convenio y no teníamos el dinero", expresó el regidor local en relación a los avatares que han marcado esta actuación. "Hasta 2016 no pudimos empezar con el expediente de expropiación porque no teníamos el dinero", apuntó el político nacionalista.

Según su cronología, a partir de entonces fue cuando se puso en marcha la tramitación de los expedientes (realojo y retorno, urbanización, demolición y expropiación). "Son expedientes complejos y hay que notificar dos veces, que es lo que dice la norma", manifestó, antes de poner de relieve otro de los problemas a los que se han tenido que enfrentar: los vecinos que no viven en Las Chumberas y con los que ha habido dificultades para localizarlos.

"Con la entrada en vigor de la nueva Ley de Contratos hemos tenido que adaptar el pliego para la demolición y, como es un procedimiento europeo, tarda más", continuó Díaz sobre un proyecto que, además, fue comentada ayer por el consejero insular de Vivienda, Aurelio Abreu, en el programa "El día por delante", en Radio El Día. El también vicepresidente del Cabildo indicó que falta que el consistorio lagunero termine con el procedimiento administrativo para poder seguir adelante.

Como se recordará, los acuerdos ya firmados permitirán la sustitución de 188 viviendas, con lo que restarían 450 casas más. Todo ello en torno a una urbanización que fue edificada en 1973 y que en 2009 conoció que sus edificios sufrían aluminosis. Aquello abrió un complicado camino de promesas y decepciones para lograr la financiación necesaria para la reposición, hasta que en 2015 empezaron a ver la luz.