El pueblo lagunero de Tejina volvió a celebrar ayer otra jornada festiva en honor de San Bartolomé. En este caso fue el turno de las parrandas de los corazones y, ya por la noche, del haragán, como hitos principales de un día con unos cuantos actos más.

A mediodía se produjo la entrada de las parrandas de los corazones a la plaza de la iglesia y se conoció el fallo del Concurso de Calles Engalanadas, que recayó en la calle La Costa, y el premio al corazón más solidario de la Campaña Hemocorazones (un peculiar pique de donación de sangre en el que los participantes informan de su pertenencia a uno u otro corazón, tras lo que se saca un recuenteo final). En esta edición de la iniciativa, el corazón que más donó fue el de la Calle Abajo.

El tradicional pique de las parrandas de los corazones puso la chispa a un día con el que se empieza a vislumbrar que las fiestas tejineras se van aproximando a su final. Además de la retirada de los corazones, se celebró una verbena a las 17:00 horas. Antes de que tuviese lugar otra verbena llegó el momento de la cabalgata y la quema del haragán.

"Este personaje es el protagonista de la noche final: el martes de la fiesta de San Bartolomé. Se trata de un machango ataviado con cualquier cosa que, paseado por las calles del pueblo en una carroza sencilla, tiene un acompañamiento peculiar: cientos de personas de todas las edades soplan con un pito intentando construir una tonadilla (que lo quemen, que lo quemen), llegando a producir un ruido ensordecedor, no por ello exento de cierta armonía", recoge sobre esta cita la web de la Asociación Corazones de Tejina. Al final, la figura acaba convertida en pasto de las llamas.