La Virgen de Candelaria salió de rojo el 12 de octubre, al inicio de la peregrinación a Santa Cruz, y en la víspera de la salida a La Laguna el camarero de la Patrona, Jaime Estévez, optó por un manto malva. "Rojo por el clima cálido de la capital y malva por el ambiente frío y de recogimiento de La Laguna", explicó. Tras la lluvia que obligó a alterar los planes la noche del pasado 19 de octubre -cuando la Virgen hizo noche en La Concepción y se trasladó a las seis de la mañana a la Cruz del Señor-, el equipo de Jaime Estévez verificó que todo estaba en perfectas condiciones porque la lluvia no afectó. Ahora que está en la Catedral, desde la noche del domingo, la Patrona luce un manto verde, "color esperanza y confiados en que su presencia en la Catedral atraiga a más fieles a su hijo". Para Jaime, todo tiene una explicación, igual ocurre con en este cambio de manto que ilumina a la Patrona en la Catedral.

"Este manto es la tercera vez que se le pone. Solo ha procesionado en una ocasión y lo lució en una oportunidad en el camerín de su santuario. Es un regalo que realizó el taller de costura de Candelaria en 2011, explicó el camarero, conocedor del ajuar. De regreso a Candelaria habrá sorpresa.