La Noche en Blanco vivió en la mañana de ayer un momento de incertidumbre. Un día muy lagunero, de esos encapotados y tímidamente lluviosos, marcó el comienzo de la jornada... e hizo temer lo peor. Sin embargo, todo quedó en un susto: las nubes se disiparon, la gente salió a la calle y el casco histórico tomó el ambiente habitual de esta cita, que con la de este sábado cumplió su décima edición (suspendida precisamente por motivos meteorológicos el 17 de noviembre) y que cada vez se muestra más diurna y de carácter familiar.

El alcalde fue el encargado de levantar el telón. "¡Bienvenidos a la ciudad de la ilusión; empieza la Noche en Blanco!", dijo José Alberto Díaz desde el escenario a los pies de la torre de La Concepción, acompañado por otros representantes políticos, entre los que se encontraba el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo. Había en aquello algún paralelismo a cuando da el pistoletazo de salida en la San Silvestre, pero en lugar de atletas empezó a avanzar calle abajo un colorido pasacalle a ritmo de batucada: unos caballitos blancos hinchables, un carrito tirado por una bicicleta y que lanzaba pompas de jabón, unas mujeres convertidas en lienzos humanos, un dragón gigante que minutos antes tomaba forma en la calle La Parra... Y a los lados, mucho público, sobre todo padres con sus hijos.

El engranaje festivo-comercial estaba entonces definitivamente en marcha. Mientras que en San Agustín se podía encontrar una hilera de carpas con productos de artesanía, en la plaza del Adelantado el protagonismo era para la Policía Local. Por un lado, unos estands con elementos históricos del cuerpo (trajes, cascos...) y en los que se anunciaba -nada menos que en cuatro idiomas- la recogida de juguetes que volverán a realizar en vísperas de Navidad, el 20 de diciembre; al lado, los agentes David Padilla y Jesús Moreno mostraban a niños y mayores el trabajo que realiza la subunidad canina.

Entre los muchos rincones de la vieja Aguere donde había actividades, la Catedral era otro de los más destacados. Allí, unas carpas del Club Baloncesto Canarias, juegos infantiles diversos, un grupo de señoras bailando con el "Ya no quiero ", de Lola Indigo, y más entretenimiento para los más "menudos" entre las calles Bencomo y Alonso Suárez Melián (antigua Capitán Brotons), como una diana gigante, una canasta y balones de gran tamaño, tenis de mesa y hasta una pared de escalada para que los niños se adentrasen en este deporte.

A las 14:00 horas, y según los datos publicados por el Cecopal -del área de Seguridad del Ayuntamiento de La Laguna-, había en la ciudad unas 20.000 personas. "Fluidez en accesos a la ciudad", recogía su tuit informativo, en el que también recomendaba el uso durante la tarde de guaguas y taxis en ausencia del tranvía. Y es que lo fuerte estaba por llegar.