Da igual los imponderables de la lluvia y el frío, que fuese un día laborable o que aparcar en La Laguna -y más en una jornada como la de ayer- sea complicado. Sor María de Jesús, conocida popularmente como la Siervita, tiene unos fieles que nunca le fallan y que cada 15 de febrero convierten el convento de Santa Catalina de Siena y sus alrededores en el epicentro de la fe en Canarias. Este viernes no fue distinto.

La búsqueda de unos testimonios por parte de este periódico quizá sea un buen indicador de cómo esta devoción en la monja incorrupta trasciende la Isla. Y es que, de cinco personas consultadas, tres procedían de Gran Canaria: María Teresa Rodríguez, Félix Valencia y Mari Quevedo. Todos ellos referían motivaciones en torno a la fe para estar allí, en las inmediaciones de un templo que, según informó el Obispado de Tenerife, abrió sus puertas a las 6:00 horas y que, a media mañana, era bordeado por la cola de devotos hasta la mitad del primer tramo de la calle de La Carrera.

Esta cita se celebra cada año con motivo del aniversario del fallecimiento de la Siervita, nacida en 1643 en El Sauzal -donde genera una devoción especial- y que vivió durante años en el convento de Santa Catalina, ubicado junto a la plaza del Adelantado, en pleno casco histórico lagunero. Tras su muerte, el 15 de febrero de 1731, su cuerpo ha sido considerado incorrupto, lo que la ha convertido en un imán para la fe y las plegarias. Concretamente, en esta edición se cumplieron 288 años.

Las miradas de los feligreses a través del enrejado que separa la zona del sarcófago del resto de la iglesia se convirtieron en una ocasión más en una constante a lo largo de toda la jornada, al igual que los paraguas y abrigos para resguardarse de una meteorología ayer poco apacible.

En el tramo vespertino de la celebración tuvo lugar la tradicional ofrenda flora por parte de los ayuntamiento de La Laguna y El Sauzal, como municipios en los que nació y falleció Sor María de Jesús. Para visitarla, y como ocurre cada año, habrá una nueva oportunidad el próximo domingo.

La beatificación sigue por la fase de ''positio''

El proceso para elevar a los altares a Sor María de Jesús y convertirla en beata continúa por la positio. "Nada nuevo; seguimos trabajando en la elaboración de la positio", apuntó ayer el sacerdote Juan Pedro Rivero, designado por el obispo como postulador de esta causa de beatificación. El expediente ha superado las fases Previa y Diocesana, y ahora está en la Romana, en la que se debe presentar la positio. De aprobarse, tras ella sería venerable. Para obtener la condición de beata se requiere, además, un milagro y que la Iglesia lo valide.

Benjamín Palmero

María Teresa

Rodríguez