La red del Metro madrileño volvió ayer a funcionar con los servicios mínimos del cincuenta por ciento, mientras que se produjeron los primeros contactos entre los sindicatos y la empresa, aunque sin acuerdo alguno.

La cuarta jornada de paros en el suburbano de Madrid se desarrolló con cierto desahogo respecto a las dos jornadas precedentes, dado que martes y miércoles los trabajadores no habían secundado los servicios mínimos, generando así una situación complicada en la movilidad de los ciudadanos.

Ayer los dos millones de usuarios diarios de Metro pudieron optar a coger los convoyes, aunque el hecho de que en este primero de julio hayan empezado las vacaciones de muchos ciudadanos, alivió también las necesidades de transporte urbano.

En días pasados, la dirección de Metro y la Consejería de Transportes de la Comunidad habían manifestado que sólo habría diálogo con los sindicatos cuando cumplieran los servicios mínimos.

Esa premisa se verificó y el consejero delegado de Metro de Madrid, Ignacio González Velayos, llamó a representantes de los cinco sindicatos convocantes.

Según informó la compañía metropolitana, durante la reunión, Ignacio González Velayos pidió a los representantes sindicales explicaciones sobre el incumplimiento de los servicios mínimos los días 29 y 30 de junio.

Metro considera que la reunión, que duró una hora (de 14:30 a 15:30), no tuvo carácter formal ya que los sindicatos que la han solicitado, en su opinión, "no pertenecen al actual comité de huelga".