El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, ha dejado en libertad a la presunta colaboradora de ETA, Itxaso Urtiaga, detenida en Zarautz (Guipúzcoa) en la madrugada del lunes al martes, unas horas después de que la banda terrorista ETA declarara el inicio de una tregua permanente, de carácter general y verificable internacionalmente. Además, el magistrado ha desvelado que Iraitz Gueselaga, el informático de la banda, se reunió con el funcionario de la administración venezolana y miembro de la banda terrorista, Arturo Cubillas. También se desplazó en dos ocasiones en 2008 a Venezuela donde "impartió cursos sobre encriptación de archivos informáticos" a miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia (FARC). Por otro lado, el histórico preso de ETA, ''Txelis'' ha vuelto a manifestar ante la Audiencia su arrepentimiento sobre su actividad en la banda. Mientras que se Ibáñez Orteiza ha sido excarcelado por motivos de salud.

Según se desprende del auto del juez Grande-Marlaska, la presunta colaboradora de ETA Itxaso Urtiaga --novia de Guesalaga-- ha sido puesta en libertad y no se la ha impuesto fianza alguna. No obstante, el juez le ha prohibido abandonar el territorio nacional y ha ordenado que comparezca ante los juzgados más cercanos a su domicilio de forma quincenal. Además, deberá comunicar posibles cambios en su dirección de residencia, especifica el auto.

Marlaska ha dejado en libertad a su pareja, Urtiaga, al considerar que pese a conocer que la arrestada acompañó a Guesalaga en uno de esos viajes, no existe suficiente "patrimonio incriminatorio" para ordenar su ingreso en prisión.

Al respecto, el magistrado ha explicado que a pesar de que Venezuela estuvo reunida con Cubillas sólo se encontraba allí por "consecuencia de acompañar a su pareja sentimental". Por eso, ha indicado también que la detenida carece de conocimientos informáticos ni parece tener "papel objetivo cierto dentro del entramado terrorista".

El juez ha desvelado que en estos viajes, Guesalaga fue, en septiembre y octubre, a la zona de la selva "donde mantuvo encuentros con refugiados de ETA y miembros de las FARC".

Asimismo, ha añadido que se ha identificado sin ningún genero de duda al detenido en Francia como "el informático", a raiz de la información localizada en forma codificada entre la documentación intervenida el 20 de mayo de 2008 tras la detención de varios miembros del aparato político de ETA, entre ellos Francisco Javier López Peña, alias ''Thierry''.

''TXELIS'' EXPRESA SU ARREPENTIMIENTO

Por otra parte, el etarra José Luis Álvarez Santacristina, alias ''Txelis'', ha comparecido en la Audiencia Nacional durante apenas diez minutos ante el juez Pablo Ruz como testigo de la causa en la que se investiga el aparato de extorsión de la banda terrorista ETA y la trama que operaba en el bar ''Faisán'' de Irún (Guipúzcoa). Además, ha aprovechado su comparecencia para volver desmarcarse de la banda y ha recordado que en la actualidad se encuentra cumpliendo condena por sus actividades delictivas.

Según fuentes jurídicas, el etarra también ha asegurado no saber "nada" de las actividades llevadas a cabo por la red de extorsión de la banda, ya que él siempre perteneció a los aparatos político e internacional y sólo conocía el cobro del denominado ''impuesto revolucionario'' "de forma genérica".

El ex dirigente etarra fue citado después de que el supuesto mediador, Juan José Arruti, procesado en la causa, le citara en relación con su intervención en un pago de alrededor de 180.000 euros que un empresario habría realizado en 1991, del cual ETA sólo habría recibido 30.000 euros. Pero ''Txelis'' ha asegurado ante el juez que no conoce "de nada" a Arruti.

La comparecencia, en la que han participado como acusaciones populares los representantes de Dignidad y Justicia (DyJ), la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y Voces contra el Terrorismo (VCT), se ha celebrado con más de dos horas de retraso debido a que el vuelo que el testigo tomó desde Bilbao se demoró por la niebla. Tras su declaración, ''Txelis'' abandonó la Audiencia Nacional a gran velocidad y sin querer realizar ningún tipo de declaración a los medios de comunicación.

PRIMER ETARRA EXCARCELADO

La Audiencia ha decretado la libertad condicional para el etarra Miguel María Ibáñez Oteiza, por motivos de salud, lo que supone la primera excarcelación de un preso de la banda terrorista ETA, tras el alto el fuego del pasado lunes. El etarra fue condenado a 27 años de cárcel por un delito de colaboración necesaria para cometer en 1988 el asesinato de Francisco Javier Zabaleta Azpitarte. En la actualidad se encontraba preso en el centro penitenciario de Martutene (San Sebastián) y terminaba de cumplir su condena en el año 2035.

Así, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional ha dado el visto bueno a la propuesta de libertad condicional que "de carácter de urgencia" solicitó la propia Junta de Tratamiento Penitenciario de la cárcel debido al estado terminal de salud del recluso y cuyo último ingreso hospitalario se produjo el pasado 27 de diciembre, fecha desde la cual no ha abandonado el hospital. Padece cáncer y el pasado 20 de julio sufrió un infarto agudo de miocardio.

Según fuentes penitencias, la decisión de su excarcelación ha contado con el apoyo de la Fiscalía que tras estudiar el caso y solicitar un informe médico forense al respecto informó al Juzgado en el sentido de no oponerse a la libertad condicional propuesta.

El juez de vigilancia penitenciaria, José Luis Castro, en su resolución dictada este viernes incluye como argumento que "el último periodo de la vida de un ser humano es el más difícil de afrontar física y psíquicamente. Ello exige unas condiciones emocionales, materiales y personales que son incompatibles con la situación de reclusión".

Asimismo, el magistrado entiende en su auto que "la pena ya no cumple la finalidad de resocialización del penado" o que "junto al derecho a la vida, la dignidad humana, reclama el derecho a una muerte digna". "Los principios de humanidad y derecho a la dignidad de las personas que tienen que predominar sobre cualquier otra consideración legal", ha apelado.

A lo largo de sus años en prisión, Ibáñez Oteiza, pese a que había tenido una actitud adecuada según los informes de la cárcel, nunca había mostrado arrepentimiento por su colaboración con la banda terrorista. Su situación era de extrema de gravedad ya que dados sus "padecimientos incurables" se encontraba en estado "terminal". De hecho el pasado día 29 de diciembre ya se había acordado que accediese al tercer grado penitenciario por el que un preso tan sólo tiene la obligación de acudir a la cárcel para dormir.

El Equipo Técnico Penitenciario de la cárcel de San Sebastián emitió el pasado 28 de diciembre un informe en el que se daba cuenta de la situación de Ibáñez Oteiza. "Muestra deterioro mental, se muestra depresivo, desorientado, problemática de alcohol, poca o nula capacidad de tomar decisiones. En definitiva, muy lejos de la capacidad necesaria para decidir y ejecutar un hecho criminal", decía el informe recogido en el auto.

Entre las medidas impuestas por el juez, están la obligatoriedad de quedar a vigilancia de la persona asignada (un allegado), obligación de comunicar su residencia o cualquier variación en este sentido, mantener el seguimiento por los Servicios Sociales Penitenciarios y la prohibición de hacer política o conceder entrevistas a los medios de comunicación.