La concentración en la tarde de ayer en Madrid en repulsa por el desalojo de los últimos indignados, impedida por un fuerte dispositivo policial que cercó la Puerta del Sol, se convirtió en una multitudinaria manifestación con paradas en la Plaza de Callao, Cibeles, el Congreso, Atocha y Sol.

Los manifestantes al no poder acceder a la céntrica plaza madrileña decidieron trasladar la protesta a las calles al grito de "así, así, así lucha Madrid", "de norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste", o "La Policía está rodeada".

El número de manifestantes fue aumentando a lo largo del recorrido, al convocarse a los asistentes a través de Internet por la red social Twitter y desplazarse aquellos que estaban concentrados en las inmediaciones de Sol hasta la manifestación.

La Gran Vía, la calle Alcalá, el Paseo del Prado y la Calle Atocha permanecieron parcialmente cortadas al tráfico, provocando algunos incidentes aislados ante el enfado de los conductores.

Los propios "indignados" fueron quienes, en algunos casos, dirigieron el tráfico, y permitieron que varios coches atrapados en medio de la multitud siguieran circulando.

Una de las paradas del recorrido tuvo lugar en un lateral del Congreso de los Diputados, donde un fuerte dispositivo policial impidió el paso a los manifestantes hasta la parte frontal del edificio y donde se escucharon gritos de "menos corbatas y más dignidad" o "ese edificio es nuestro".

La marcha concluyó en Carretas, una de las calles aledañas a Sol, donde varios coches policiales antidisturbios y agentes impidieron el paso a los manifestantes.

Entre los asistentes se encontraba Eduardo Sanz, estudiante de periodismo de 21 años, quien confesó haber acudido a la manifestación al ver en Internet que estaban bloqueando el acceso a Sol.

Otro estudiante, Andreu, que ha preferido no dar su apellido, opinó que "la gente con esta marcha ha demostrado que no necesita una plaza para protestar" y que "si la policía pretendía acallar la protesta, les ha salido mal".

Por la mañana agentes de la Policía desalojaron a los "indignados" que permanecían acampados en el Paseo del Prado y en la Puerta del Sol de Madrid. Los servicios de limpieza municipales procedieron a retirar los objetos y estructuras empleados en las acampadas en ambos puntos de la capital.

En Sol, punto emblemático de las protestas del 15-M, pasadas las ocho de la mañana, la Policía mantuvo acordonado el centro de la plaza y vigilaba las entradas al kilómetro cero, donde se encuentraban una decena de furgones y cerca de un centenar de agentes, al tiempo que un helicóptero sobrevolaba la zona.

El grupo de "indignados" estaba acampado en la mediana del Paseo del Prado desde el 23 julio tras llegar a Madrid la denominada "Marcha Popular Indignada", que había partido a finales de junio desde Galicia, Murcia, País Vasco, Cataluña, Andalucía, Extremadura y Valencia. Los "indignados" desalojados se reagruparon en los centros sociales y casas "ocupas" que hay en Madrid.

"Tenéis cinco minutos para recoger vuestras cosas y marcharos". Así despertaron los agentes a las decenas de personas que aún acampaban en el centro de la capital, según contó una de las chicas que hacían guardia durante la noche en el punto de información del Movimiento 15-M en Sol.

Los "indignados" creen que la Policía les desalojó ante la próxima visita de Benedicto XVI con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).