El Gobierno ha utilizado una potestad legal muy poco empleada en democracia para dejar constancia ante el Congreso de su rechazo hacia la consulta catalana reclamada desde el Parlament, si bien no se opone a tramitar en la Cámara Baja la proposición aprobada por el parlamento catalán que reclama para la Generalitat la competencia de convocar un referéndum.

De "meramente especulativa" califica el Ejecutivo la consulta en un escrito presentado ayer en el Congreso para fijar su criterio ante esta iniciativa; también subraya que la propuesta recogida en la proposición de Ley Orgánica remitida al Congreso no tiene cabida en la Constitución.

La fijación de criterio sobre una iniciativa parlamentaria es una facultad que tiene el Gobierno, escasamente empleada, y que incluso le permite vetar su tramitación en el caso de que implique aumento en los créditos o disminución de los ingresos presupuestarios estatales, algo que según admite no ocurre en este caso.

El hecho de que esta vez el Ejecutivo sí se haya pronunciado ha sido acogido por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, como muestra de su "posición de dureza, basada en el ''ordeno y mando", dijo en un acto institucional celebrado en Barcelona con motivo del Día Internacional de la Mujer.

El titular del Gobierno catalán apuntó que se trata de una postura "muy hard" que contrapuso con los valores catalanes "soft", basados "en el trato y el pacto".

Para Mas, en la "dialéctica" entre los gobiernos español y catalán "estamos viendo un enfrentamiento entre dos sistemas de valores distintos", porque a su juicio la reacción del Ejecutivo central está "muy basada en el orgullo propio", en tanto que en Cataluña siempre se busca más "el trato y el pacto".

Desde el PSC, su primer secretario, Pere Navarro, pidió al Gobierno que "no alimente la confrontación" con escritos como el remitido al Congreso, en el último día de plazo para hacerlo.

Le pidió que busque "espacios de diálogo", y en este sentido apostó por buscar un lugar de encuentro "donde se pueda hablar de la consulta, de la financiación y de las competencias", además de emplazar al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, a hablar con Mas "porque ahora mismo, más que apelar a Europa o a otras instancias, es necesario solucionar un problema que no es europeo, sino entre España y Cataluña".