El ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, ha afirmado este miércoles que la economía de Cataluña "se está comportando bien" gracias a la política económica implementada por el Gobierno central y a que los mercados y los inversores internacionales descartan la posible independencia de la comunidad autónoma, y ha garantizado que el Tesoro no dejará "nunca" que la Generalitat entre en situación de ''default''.

Así lo ha señalado De Guindos durante su comparecencia en la Comisión de Economía, Industria y Competitividad del Senado para explicar las líneas generales de su departamento y el proceso de reestructuración bancaria, en particular la de Bankia, en la que ha destacado el crecimiento de la economía catalana, cuyo PIB aumentó un 3,5% en 2016, por encima del 3,2% registrado en el conjunto de España.

"Me alegro muchísimo", ha manifestado De Guindos, quien ha explicado que la política económica del Gobierno central se ha centrados en dos parámetros (competitividad y flujos de financiación), a los que la economía catalana "siempre responde bien".

En esta línea, ha añadido que el "buen comportamiento" de la economía catalana está "íntimamente ligado" a otro factor, como es el que se refiere a que los mercados exteriores y los inversores internacionales tienen la consideración de que una eventual independencia "no se va a producir".

"Hay confianza en que continúe la mejora para la economía española y la catalana, lo mejor es que continuemos juntos", ha enfatizado De Guindos, advirtiendo de que el comportamiento de la economía catalana no sería el de la actualidad si se percibiese "la más mínima duda sobre una secesión". "NO SE DEJARÁ NUNCA A CATALUÑA ENTRAR EN ''DEFAULT''"

Además, ha garantizado que el Tesoro español "no va a dejar nunca que la Generalitat entre en situación de ''default''", recordando que se han producido situaciones "complejas", ante las que, ha asegurado, se ha implicado "personalmente".

El ministro desveló en su libro ''España amenazada'' que en el verano de 2012, en "plena tormenta financiera" en España, el Gobierno de la Generalitat, en ese momento presidido por CiU, le llegó a plantear que dejar de hacer frente al pago de los vencimientos de deuda o dejar de financiar el déficit (un ''default'') era "abonar el terreno para el independentismo", ya que cuanto más descontento social hubiera, mejor para los separatistas.