El mensaje del Rey sobre Cataluña y la iniciativa para reprobar en el Congreso de los Diputados a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, por su responsabilidad en las cargas policiales del 1 de octubre en Cataluña han provocado división de opiniones en las distintas federaciones del partido y en el seno del grupo parlamentario.

Las palabras del monarca no entusiasmaron a la dirección del PSOE. Su líder, Pedro Sánchez, muy activo en la red social Twitter, no ha expresado en esta ocasión su opinión y se ha limitado a compartir la breve declaración leída anoche por el secretario de Política Institucional y Administraciones Públicas, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.

Desde la sede de Ferraz, Gómez de Celis agradeció la intervención del monarca y destacó de sus palabras la apelación que hizo a "la concordia y el entendimiento entre todos los catalanes y entre todos los españoles".

Pero en privado, miembros de la Ejecutiva Federal echaron en falta una llamada explícita del jefe del Estado al necesario diálogo entre el Gobierno central y la Generalitat. Algunos, como Odón Elorza, secretario de Transparencia y Democracia Participativa, se atrevieron a escribir en Twitter que se sentían "decepcionados" tras escuchar al Rey.

"Ha sido una mala noche y estoy realmente decepcionado. Mi apuesta es por un diálogo real y una negociación real. Cabe en el marco de la ley", opinó Elorza, que también es diputado. Su parecer es compartido por representantes del PSC, como la alcaldesa de L''Hospitalet de Llobregat (Barcelona) Nuria Marín, que escribió en Twitter sobre el mensaje del Rey: "Esperábamos más. Esperaba una puerta abierta al diálogo y al consenso. Preocupada, muy preocupada".

Una impresión similar causó el mensaje del Rey en algunas federaciones socialistas afines al liderazdo de Pedro Sánchez, como la vasca. Su secretaria general, Idoia Mendia, ha lamentado que el monarca perdiese "una gran oportunidad" para apelar al diálogo en Cataluña y "lanzar un mensaje a los miles de catalanes que no son independentistas y el domingo sufrieron mucho". Desde Baleares, su presidenta Francina Armengol no esconde su "preocupación" porque vio al monarca "más de parte que de moderador".

UN DISCURSO DEL GOBIERNO

En la Ejecutiva Federal del PSOE se percibió el discurso del Rey como demasiado alineado con el Gobierno. Ven bien que interviniese para tranquilizar a los españoles sobre el mantenimiento de la unidad territorial, pero creen que faltó algún mensaje con el que también se pudieran sentir identificados los millones de personas que han salido a la calle, algunos para reivindicar su derecho a decidir, pero otros muchos para protestar por las cargas policiales del día 1.

El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, crítico con Sánchez, también ha subrayado que la "única solución" para la actual crisis en Cataluña es la búsqueda de "espacios para el diálogo", si bien ha evitado polemizar con el mensaje del jefe del Estado.

Las federaciones socialistas que se han mostrado más entusiastas con el discurso del Rey han sido Andalucía y Extremadura. "Comparto la defensa de la Constitución, la democracia y la convivencia de todos los españoles que ha hecho el Rey", ha escrito la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, en su perfil de Twitter.

Al extremeño Guillermo Fernández-Vara el mensaje del Rey le pareció "muy contundente", que "era lo que se esperaba en un mensaje del jefe del Estado en un momento" como el actual.

En el Grupo Parlamentario Socialista, hay diputados que no echan en falta en las palabras del Rey esa llamada al diálogo que hubieran esperado algunos. "¿Qué diálogo cabe con quien plantea un todo o nada?", arguyen en relación a las posiciones maximalistas de los independentistas.

Otros diputados que han hablado con Europa Press bajo la condición de mantener el anonimato admiten no estar de acuerdo con entablar un diálogo con quienes desprecian las reglas constitucionales, por lo que aprueban de la ''a'' a la ''z'' las palabras del jefe del Estado.

Pero en el seno del Grupo Socialista, es otro asunto el que está generando una mayor división: la decisión de promover la reprobación (censura política) de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, a la que señalan como responsable de las cargas policiales del 1 de octubre.

Aunque la portavoz parlamentaria, Margarita Robles, ha aclarado que esta reprobación de la vicepresidenta no afecta al compromiso de los socialistas de seguir apoyando al Estado de Derecho frente al órdago independentista, en el seno del Grupo hay diputados que cuestionan la oportunidad de la iniciativa.

El presidente de la Comisión de Defensa y exdirigente castellanomanchego José María Barreda cree que éste no es el mejor momento para censurar la actuación de la vicepresidenta, a pesar de que el Gobierno gestionara "muy mal" el 1 de octubre.

MALESTAR POR LA FALTA DE CONSULTA PREVIA

En el momento actual, Barreda ve necesario apoyar al Ejecutivo "frente a la desobediencia, deslealtad y rebeldía antidemocrática de la Generalitat". Aunque sólo él ha manifestado públicamente sus discrepancias con la decisión, otros parlamentarios tienen reparos con la iniciativa, unido al malestar que ha provocado, una vez más, que una decisión de este calado se anuncie antes a los medios de comunicación que a los propios diputados.

Pero la opinión más explosiva respecto de esta medida ha venido del exvicepresidente del Gobierno y exnúmero dos del partido Alfonso Guerra, que ha pedido directamente al Grupo retirar la reprobación de Sáenz de Santamaría y sustituirla por otra iniciativa que censure la actuación de los "golpistas" independentistas.

Desde la dirección del Grupo sólo contemplan reconsiderar su decisión de reprobarla en el caso de que Sáenz de Santamaría dé unas "explicaciones clarísimas" sobre lo que sucedió el domingo, que ha generado incluso la petición de una investigación por parte de Naciones Unidas.

En cualquier caso, fuentes de la dirección señalan que no tendría sentido someter a votación en el Grupo Socialista la conveniencia de esta iniciativa, porque la interpelación de la que se derivaría la moción reprobatoria ya está registrada. Eso sí, insisten en que no tienen "especial urgencia" en que se produzca la interpelación.