CaixaBank decidió ayer trasladar su sede social a Valencia por la incertidumbre política en Cataluña, una medida que han adoptado también la multinacional Gas Natural Fenosa, que llevará su domicilio a Madrid, y otras empresas catalanas como Dogi, Banco Mediolanum, Arquia Banca o Service Point.

La posibilidad de que el Parlamento catalán apruebe una declaración unilateral de independencia ha provocado una fuga de compañías, en su mayoría cotizadas, que optan por mover su sede social fuera de Cataluña para garantizar el amparo de los entes regulatorios europeos ante cualquier posible escenario.

CaixaBank reunió ayer a su consejo de administración en sesión extraordinaria para adoptar este cambio, amparándose en el real decreto ley que aprobó ayer el Consejo de Ministros y por el que se elimina el requisito de someter un traslado de este tipo a la junta de accionistas.

Aunque desde el jueves se especulaba con la posibilidad de que el traslado fuera a Palma de Mallorca, por los vínculos originarios de la entidad con Baleares, finalmente el consejo decidió por unanimidad llevar el domicilio a Valencia, de donde era originario Banco de Valencia, entidad que CaixaBank adquirió en 2013.

La nueva sede social de CaixaBank estará ubicada en la calle Pintor Sorolla, 2-4, de Valencia, que es la antigua sede de Banco de Valencia.

Con esta medida, la entidad que preside Jordi Gual y cuyo consejero delegado es Gonzalo Gortázar persigue "proteger los intereses de los clientes, accionistas y empleados, lo que garantiza la permanencia de la entidad en la zona euro bajo la supervisión del Banco Central Europeo (BCE)" ante una eventual secesión.

"La continuidad en la zona euro garantiza a CaixaBank seguir contando con óptimas condiciones de financiación para, a su vez, mantener el flujo de crédito a familias y empresas en Cataluña y en el resto de España, así como preservar la integridad de los depósitos de sus clientes", destacó la entidad.

También el consejo de la energética Gas Natural Fenosa se reunió ayer por la tarde de urgencia para aprobar el traslado "temporal" de su sede social hasta Madrid.

Actualmente, la sede social de esta multinacional está en la plaza del Gas, 1, de Barcelona, donde están también sus servicios centrales, y ahora pasará a estar en la avenida San Luis, 77, de Madrid, donde se encuentran las oficinas de Gas Natural en la capital española, en las que trabajan unas 1.600 personas.

En un comunicado, la empresa justificó la decisión adoptada por "la situación política y social que está viviendo las últimas semanas Cataluña y debido a la inseguridad jurídica que ello genera".

Así, tras la decisión de ayer del Banco Sabadell de trasladar su sede social a Alicante, ya son tres las cotizadas catalanas del Ibex que han trasladado sus sedes fuera de Cataluña, aunque todas ellas mantienen sus servicios centrales en Cataluña y han dejado claro que este cambio de domicilio social no implica movimientos de plantilla.

Gas Natural Fenosa es la primera compañía catalana no financiera por volumen de facturación, mientras CaixaBank es la primera entidad financiera en Cataluña y una de las más importantes del mercado español, con una red de más de 5.400 oficinas, 9.400 cajeros, 15,8 millones de clientes y más de 37.000 empleados en el mercado ibérico.

Freixenet se plantea cambiar de sede

El presidente de la Cámara de Comercio de España y de Freixenet, José Luis Bonet, afirmó que propondrá al consejo de administración de la compañía el cambio de sede social fuera de Cataluña de declararse la independencia. "No depende de mí, depende del consejo, pero desde luego yo lo propondré", afirmó Bonet en declaraciones a RNE, en las que señaló que si se declara la independencia su empresa tendrá que actuar como han hecho otras. "Vamos a esperar, hasta ahora creía que la independencia no se haría, pero empiezo a pensar que me he equivocado y si esto es así tendremos que actuar como muchos", afirmó Bonet. De esta forma, la compañía, con sede en Sant Sadurni d''Anoia (Barcelona) y cuya andadura comenzó en 1861, seguiría los pasos de otras empresas catalanas que han decidido abandonar Cataluña tras el desafío inpendentista. "Si vamos a una declaración unilateral de independencia, habrá una salida importante de empresas de Cataluña, que causará una daño gravísimo", afirmó Bonet. Advirtió de que una independencia no es ninguna broma y si se declarase se produciría una verdadera catástrofe".