El líder de la célula yihadista liderada por el español Mustafá Maya Amaya ha reconocido que puso en contacto "a muchísimas" personas que tenían la intención de hacer la yihad con otras que se encontraban en zonas ocupadas para integrarlas en grupos terroristas.

La Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha comenzado este lunes a juzgar a Maya y otras cinco personas investigadas por integrar una de las mayores redes de captación y envío de radicales para su incorporación a organizaciones yihadistas. La Fiscalía pide para todos los acusados entre ocho y 14 años de prisión.

Durante la vista oral, Maya --de ascendencia gitana, que se enfrenta a 14 años de cárcel-- ha confirmado que facilitó, a través de las redes sociales como Facebook o Skype, el contacto de personas que se encontraban en zonas de conflicto a otros que "querían trabajar, que querían buscarse una vida" o que querían "aprender el Corán" para después hacer la yihad.

No obstante, ha precisado que él no ha "mandado a nadie" a esos grupos yihadistas porque no sabía concretamente cuáles eran, sino que sólo "daba información".

El fiscal ha querido saber a cuántas personas le ofreció esa "información", pues durante la instrucción del caso apuntó que fueron unas 200 personas. El presunto líder de la célula ha dicho que "a muchísima gente" pero que esa cifra es "exagerada".

DEFENSA DEL "ANTITERRORISMO"

Todos los acusados, salvo Chafik Jalel Ben Amara Elmedjeri, han aseverado que era Maya el que hacía esa labor de reclutamiento y que se quedaban en su casa hasta que les daba instrucciones sobre sus respectivos viajes. Han apuntado que no participaron en las labores de captación, aunque uno de ellos, Paul Audren Lawrence Cadic, sí que ha dicho que estuvo presente una de las veces en la que el presunto líder llevó a cabo esta actuación.

El único de los acusados que ha negado los hechos por los que se les acusa es Ben Amara, quien ha dicho que es el primero en defender el "antiterrorismo". En este sentido, ha señalado que su colaboración con la justicia es "incondicional" y que si hubiese sospechado que Maya trabajaba con fines terroristas lo hubiese denunciado.

Para Ben Amara, para el que piden ocho años de prisión, los que se enrolan en grupos terroristas son aquellos que "les gusta derramar la sangre en nombre del diablo, no del islam". Sin embargo, sobre Maya ha enfatizado que era "fanático, no violento".

DOCUMENTACIÓN FALSA

También ha negado tener cualquier vinculación con Maya --aunque ha afirmado que era consciente de que en Málaga le conocían como ''El Talibán''-- y ha rechazado que le haya facilitado documentación francesa falsa, pese a que un agente que participó en la investigación asegurase que esto sí tuvo lugar.

En este sentido, el acusado ha indicado que iba a Francia a ver a su familia y a comercializar "la paella ambulante", algo que ha querido demostrar acercándose al tribunal, presidido por el magistrado Alfonso Guevara, para mostrar los folletos de ese negocio.

Este acusado, que ha comenzado su declaración trasladando su "sincero agradecimiento", al juez instructor del caso, Ismael Moreno, por dictar su salida de prisión provisional, ha continuado su versión en la que se ha desvinculado de la célula diciendo que la única relación que tenía con el presunto líder de la misma se enmarca en que era "cliente" del restaurante que Ben Amara tenía en Málaga.

Así, ha manifestado al tribunal que se sorprendió cuando se encontró con Maya en este procedimiento. Según ha contado fue a visitarle al hospital porque "se estaba muriendo" y "diez años después" se rencontró con él: "El muerto había revivido, estaba en silla de ruedas y hablaba muy malamente", ha dicho.

Por su parte, el fiscal no ha dado credibilidad a esta declaración y ha solicitado que se reprodujese la audición de su comparecencia ante el juez Moreno en 2014 porque "está cayendo en contradicciones". Tras escuchar este audio, en la que el acusado reconocía que Maya le pidió una documentación falsa pero que no llegó a hacerla porque se cortó la comunicación y posteriormente no supo nada más sobre el tema, el presidente del tribunal ha suspendido la reproducción porque "no hay ninguna contradicción".

COLABORACIÓN CON VARIAS ORGANIZACIONES TERRORISTAS

El escrito de acusación de la Fiscalía explica que Maya, Ben Amara, Lawrence Cadic junto a Sylvain Bertrand Guillaume Decker, Farid Cheikh y Davide de Angelis vendrían realizando una incesante labor de facilitación desde el año 2012, nutriendo a otras organizaciones tales como ''Al Qaeda en el Magreb Islámico'' (AQMI), el ''Movimiento para la Unicidad y la yihad en África Occidental'' (MUJAO), ''Jabhata al Nusra'' (JAN) y ''Estado Islámico'' (EI).

Los integrantes de esta organización se asentaban en España, Bélgica, Luxemburgo, Turquía, Túnez, Libia, Mali, Francia y Marruecos desarrollando distintas funciones como captadores, falsificadores de documentación, financiadores, pasadores para cruzar voluntarios por las fronteras y receptores de nuevos combatientes.

En un principio, el traslado de estos voluntarios era a Mali, pero con la intervención militar francesa en la zona, esta vía se complicó, por lo que la organización se centró en enviar a los combatientes a Siria a través de la frontera con Turquía. Para ello, según el escrito de calificación provisional del fiscal, Maya desarrolló a finales de 2013 una estrategia que llamó ''Hégira antes de la Hégira'' en la que centralizaba la actividad de formación y entrenamiento en Melilla, ciudad en la que residía.