Un corredor de fondo, de obstáculos, casi un saltador de pértiga. Aunque jugara a baloncesto y jugara, incluso, en el Estudiantes, el Pedro Sánchez político ha demostrado desde 2014 que refranes como el de que quien la persigue, la consigue tienen mucho sentido.

Nacido el 29 de febrero (año bisiesto) de 1972 en el barrio madrileño de Tetuán, es licenciado y profesor de Economía. Perteneciente a una familia de clase media, se afilió al PSOE en 1993, justo tras la cuarta y última victoria de Felipe González. En 2003, fue de número 23 en la lista de Trinidad Jiménez al Ayuntamiento de Madrid y pronto viviría lo que ha sido ya una constante: cambios bruscos que le acaban saliendo bien. El PSOE logró 21 actas, pero en 2004 renuncia Elena Arnedo y entra, algo que repetiría en 2009 en el Congreso tras la marcha de Solbes.

Su salto al conocimiento público estatal se produce en las primarias a secretario general de 2014, tras la estrepitosa derrota en las Europeas, que hace que Rubalcaba dimitiera. Gracias al apoyo clave de Susana Díaz, vence a Eduardo Madina y aspira a la Presidencia en diciembre de 2015. Pese a obtener el peor resultado de la historia socialista, la renuncia de Rajoy a la investidura le abre el camino y suscribe un acuerdo con Cs. Sin embargo, Podemos vota en contra (como el PP) y se convocan otras elecciones. De 90 baja a 84 diputados y su ya célebre "no es no" a la presidencia de Rajoy (al que había llamado "indecente" en el debate de 2015 por la corrupción y haber cobrado en "b", según los papeles de Bárcenas) le lleva al, para muchos, golpe de estado interno del 1 de octubre de 2016.

Susana Díaz, con el arropo de referentes como González, propicia la investidura de Rajoy y el PSOE, en una de sus mayores crisis, se aboca a otras primarias. Tras pensarlo y dimitir como diputado por coherencia, Sánchez recorre el país y las agrupaciones socialistas con un discurso de izquierdas y regenerador que convence. Recupera el liderazgo y, cuando menos se lo esperaba, la primera sentencia por Gürtel le obliga a presentar una censura que, para sorpresa de muchos, ganó ayer.