La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha subrayado hoy que es muy difícil que Pedro Sánchez pueda hablar con el líder del PP, Pablo Casado, si mantiene su acusación de golpista, pero ha precisado que el Ejecutivo no puede romper con los escaños de los populares en el Congreso.

Calvo, en una entrevista en Onda Cero, ha subrayado que la ruptura de relaciones con Casado significa que "hay cosas que no se pueden pasar", como sus palabras de ayer después de la "cruenta" historia de golpismo en España.

"Como socialistas no vamos a admitir ni una vez más que alguien del PP, como ya hizo también Rajoy con Zapatero, nos agravie de esta manera tan calumniosa y tan peligrosa para la política", ha añadido.

En esa línea ha insistido en que es muy difícil que el presidente del Gobierno pueda hablar con quien le llama golpista y ha instado de nuevo a Casado a disculparse.

Al plantearle qué consecuencias prácticas tiene la ruptura de relaciones y si eso supone romper con el PP y no sentarse a negociar con este partido determinadas cuestiones, ha recordado que el Gobierno está trabajando con los populares en diversos asuntos.

"El Gobierno tiene que trabajar con los 350 escaños de la Cámara (...) No podemos romper evidentemente con los escaños del Congreso, pero es absolutamente entendible que el presidente del Gobierno no puede aceptar que alguien le diga golpista", ha subrayado.

En ese sentido cree que la actitud de Casado demuestra que el PP no acaba de asimilar que salió del Gobierno por un procedimiento constitucional, como una moción de censura.

Ante la pregunta de por qué rompe Sánchez relaciones con Casado y no lo hace con los líderes de ERC que le han llamado carcelero y secuestrador, ha explicado que esos son "adjetivos que en la exageración y en la inmensa libertad de la terminología política desde el bando independentista a cualquier que les escuche le cuadra".

Por contra, ha explicado que el término golpe de Estado "está en el imaginario de este país de manera muy dura".