El excomisario José Villarejo cree que las "sesgadas filtraciones" de sus grabaciones sobre "actividades privadas irrelevantes desde el punto de vista penal", tienen la "clara intencionalidad de atacar a contrincantes políticos" y alerta del daño "irreparable al interés nacional" que están provocando.

El abogado de Villarejo, Antonio José García Cabrera, expone estas sospechas del excomisario en un comunicado en el que lamenta además que esas filtraciones -las últimas han afectado a la diputada del PP María Dolores de Cospedal- estén coincidiendo "con hitos decisivos" en la evaluación de la concesión de la libertad provisional a Villarejo, en prisión desde hace casi un año.

El letrado culpa de las filtraciones a los "responsables" de custodiar los archivos que le fueron intervenidos en la operación Tándem y señala que puede "conocerse perfectamente" quiénes han accedido a su contenido y quiénes, "previa edición, manipulación y acomodación a sus espurios intereses particulares, los han filtrado".

Por ello, explica el comunicado, la defensa de Villarejo solicitó al juez que lo intervenido fuera enviado "exclusivamente al CNI y que este organismo en exclusiva protegiera la información sensible para la seguridad del Estado y el interés nacional o la ajena a la causa que se investiga".

Advierte de que con la "oleada de filtraciones" se pueda dejar al descubierto la seguridad de informadores, procedimientos o infraestructuras "que deberían mantenerse en secreto a riesgo de causar un daño irreparable al interés nacional", advierte el letrado.

Y asegura que, con similares métodos a los conocidos, Villarejo consiguió "ganarse la confianza de terroristas de ETA, o de yihadistas, o de importantes narcotraficantes y traficantes de armas que fueron detenidos gracias a diversos métodos de infiltración", precisa el abogado.

El portal Moncloa.com ha publicado esta semana diversos audios sobre conversaciones del marido de María Dolores de Cospedal, Ignacio López del Hierro, y el excomisario, así como grabaciones de la reunión que mantuvieron los tres en el despacho de la ex secretaria general del PP en julio de 2009, en la que trataron del caso Gürtel.