Más de 1.200 mujeres de toda España han firmado un manifiesto para pedir que se retire la demanda judicial que pide ilegalizar el sindicato de trabajadoras sexuales OTRAS.

El manifiesto se ha hecho público coincidiendo con que hoy la Audiencia Nacional celebrará dos vistas para analizar si anula el sindicato de trabajadoras sexuales OTRAS, después de que diversas organizaciones feministas hayan demandado tanto al sindicato como al Ministerio de Trabajo por su constitución.

En el manifiesto, que firman, entre otras, numerosas concejales de Podemos y sus confluencias de toda España, como la edil de Feminismos de Barcelona, Laura Pérez, la diputada Jéssica Albiach y las activistas feministas Mireia Bofill y Begoña Zabala, defienden que "el feminismo no tiene una sola voz en el debate sobre la prostitución".

El manifiesto recuerda que "no es la primera vez que el debate sobre la prostitución y el trabajo sexual se abre paso dentro del feminismo; pero sí la primera que lo hace con tanta intensidad y atención desde fuera de los círculos propios de los debates feministas y bajo una pretendida unanimidad".

Las firmantes reivindican "la enorme diversidad de posiciones y de sensibilidades respecto a este debate" y piden "que no se utilice una pretendida unanimidad del feminismo como aval de ninguna medida legal que pueda afectar a las condiciones materiales de vida de muchas personas que trabajan en este sector en todas sus variantes: prostitución, bailarinas, actrices, teléfono erótico...".

"El feminismo como tal no tiene una postura unánime; está recorrido por múltiples posiciones y perspectivas que a lo largo de su historia han dado lugar a numerosas corrientes, infinitamente más complejas, ricas e interesantes que un estar a favor o en contra del trabajo sexual", añade el manifiesto.

También denuncia que "es un error de partida equiparar la trata de personas con fines de explotación sexual no solo con la prostitución decidida sino con toda la diversidad de trabajos sexuales que hoy en día se ejercen legalmente en este sector", y denuncia que "esta confusión es un grave problema en sí misma que perjudica la lucha contra la trata y especialmente a las víctimas de explotación sexual".

"Contra la trata con fines de explotación sexual no nos cansamos de exigir (y aquí sí somos unánimes) medidas efectivas, una provisión suficiente de recursos humanos y materiales y la formación de los cuerpos y órganos encargados de llevarlas a cabo".

Las firmantes del manifiesto creen que "no puede impedirse en ningún caso la organización libre y autónoma de colectivos de mujeres con el propósito de avanzar en derechos sociales y laborales básicos en condiciones de igualdad con el resto de la sociedad" y denuncian que "se pretenda hurtar a las mujeres el derecho a expresarnos con nuestra propia voz".

"En la mayoría de las ocasiones, el debate sobre el trabajo sexual se produce sin dar voz a las mujeres más directamente implicadas. Es imprescindible que las trabajadoras sexuales tengan voz en este debate, y se les reconozca capacidad sobre sus decisiones vitales. Creemos además, que la clandestinidad solo favorece el estigma y la explotación", según el manifiesto.

También argumenta que ilegalizar la sindicación de quien realiza trabajos sexuales favorece el proxenetismo y especialmente a quien pretende aprovecharse y explotar a otros económicamente.

"La ilegalización de OTRAS puede sentar un mal precedente que puede utilizarse contra cualquier iniciativa de autoorganización sindical", concluye el manifiesto.