La ministra de Educación y Formación Profesional (FP), Isabel Celaá, comparece mañana en el Congreso para explicar, a petición del Partido Popular, Unidos Podemos y Ciudadanos, el proyecto con el que quiere modificar o derogar la Lomce.

En la Comisión de Educación y FP de la Cámara baja, Celaá deberá detallar las medidas recogidas en su Anteproyecto de Ley Orgánica para modificar la Ley Orgánica Educativa (LOE) de 2006, que reformó posteriormente la Lomce en 2013.

La ministra busca volver a los planteamientos educativos que "deben necesariamente convivir en un sistema democrático y plural" y con las que cree que acabó la Lomce, según señala en su documento de reforma.

El anteproyecto también cuenta con una disposición derogatoria única por la que quedaría derogada tanto la Lomce como el real decreto de 2016 de medidas urgentes para la ampliación del calendario de implantación de la anterior norma.

Esta reforma educativa propone, entre otros puntos, quitar peso en la educación a la Religión (no tendrá asignatura espejo y su nota no contará para la media ni afectará a la obtención de becas) y se elimina la "demanda social" para la oferta de centros concertados.

Por el contrario, gana peso la asignatura de Filosofía, con asignaturas en ambos cursos de Bachillerato, y se introduce en Primaria y Secundaria Educación en Valores Cívicos y Éticos.

Además, se permite que sean las Administraciones educativas las que fijen la proporción del uso de la lengua castellana y la lengua cooficial como lengua vehicular, así como las materias que deban ser impartidas en cada una de ellas, pudiendo hacerlo de forma heterogénea en su territorio.

Se podrá conseguir el título de ESO con una asignatura suspensa y quienes cursen Secundaria y no obtengan el título recibirán una certificación oficial en la que constará el número de años cursados y el nivel de adquisición de las competencias básicas.

Los contenidos básicos de las enseñanzas mínimas requerirán el 55 % de los horarios escolares para las comunidades autónomas que tengan lengua cooficial y el 65 % para aquellas que no la tengan.

Esta reforma educativa del Gobierno de Pedro Sánchez cuenta con el "rechazo absoluto" del PP, según afirmó recientemente su presidente, Pablo Casado, que ha acusado al Ejecutivo de querer desmantelar la Lomce, la cual "había permitido bajar el fracaso y el abandono escolar más de seis puntos".