"No somos víctimas, somos resistentes" era el mantra de los presos políticos de los últimos años de la dictadura, dos de los cuales han reivindicado hoy la memoria de su resistencia y han advertido de que Vox es "un elemento vinculado a lo que nunca se fue, a la pervivencia del franquismo".

Así lo han destacado hoy Jesús Rodríguez Barrio y Luis Roncero, dos de los cincuenta expresos a los que Mario Martínez Zauner ha entrevistado para escribir el libro "Presos contra Franco. Lucha y militancia política en las cárceles del tardofranquismo", un ensayo editado por Galaxia Gutenberg sobre las mujeres y hombres que lucharon contra la dictadura y lo pagaron con su libertad.

Frente a las organizaciones de ultraderecha de otros países europeos, Vox tiene un componente especial, "no es algo que vuelve, es que nunca se fue", ha dicho Rodríguez Barrio, mientras que Roncero ha destacado que son "restos del franquismo que se estaban incubando" dentro del PP.

Rodríguez Barrio y Roncero formaron parte de las 150.000 personas detenidas por motivos políticos en los últimos doce años del franquismo. De ellos, los Tribunales de Orden Público dictaron unas 12.000 sentencias, han recordado hoy. En las cárceles españolas había en esos años entre 1.500 y 2.000 de estos condenados, generalmente por delitos de asociación ilícita o propaganda ilegal.

Mientras que la historiografía se ha centrado en la Guerra Civil y en las primeras décadas de la dictadura, los años 60 y 70 se recuerdan más por el desarrollismo y una cierta apertura del régimen. Pero, ha recordado María Cifuentes, editora del libro, los años del tardofranquismo se persiguió de forma especialmente dura a los opositores.

Y se aplicaron fórmulas jurídicas en esos años para aparentar un Estado de Derecho cuando era una dictadura, ha indicado el autor del libro, que ha destacado cómo se decretaron numerosos estados de excepción, se practicó la tortura y se aplicó una política penitenciaria de la dispersión y castigo sobre estos presos políticos.

A su ingreso en prisión y dependiendo de las diferentes posturas que mantenían, desde el PCE o CC. OO. a un "universo" de organizaciones maoístas, trotskistas o anarquistas, los presos sostenían su lucha con una gran capacidad de organización y una voluntad de resistencia que les diferenciaba del resto de reclusos, ha explicado Martínez Zauner, que ha recordado la frase que repetían: "No somos víctimas, somos resistentes".

El autor, investigador del CSIC y doctor en Antropología Social y Cultural, ha recogido testimonios de la vida cotidiana en prisión durante esos años.

Martínez Zauner ha indicado que tenía el deber de contar estas experiencias frente al relato del descenso de la represión durante los últimos años del franquismo y ha señalado que su libro demuestra que "no fue así, ni mucho menos".

El ensayo "recoge la memoria de la resistencia en las cárceles franquistas, que también son trozos de nuestras vidas", ha dicho Rodríguez Barrio, que ha recalcado que ahora están en la lucha para conseguir justicia.

"No se puede escribir el capítulo sobre el final de la impunidad del franquismo hasta que se establezca una verdad judicial y se investigue a las personas que siguen vivas" y son presuntos responsables. "Estamos escribiendo ese capítulo", ha indicado Rodríguez Barrio en referencia a las investigaciones judiciales que se llevan a cabo en Argentina.

Los exreclusos han destacado también la importancia de la reciente admisión a trámite en un Juzgado de Valencia de una querella criminal por un delito de torturas cometido en 1971 por diversos policías adscritos a la Brigada Político-Social de esa ciudad.