El expresidente catalán Carles Puigdemont acusa a la Mesa actuar de forma "intempestiva", al margen de los acuerdos del Parlament y sin darle audiencia previa, cuando acordó retirarle el voto delegado, por lo que cree que su decisión es "arbitraria" y le provocó "indefensión".

Así lo argumenta Puigdemont en el recurso de amparo, al que ha tenido acceso Efe, que ha presentado ante el Tribunal Constitucional para pedirle que anule la decisión del presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC), y de la Mesa de retirarle el voto delegado el pasado mes de octubre, después de que el Tribunal Supremo lo suspendiera como diputado del Parlament.

La decisión de la Mesa de retirar la posibilidad de delegar el voto a los diputados suspendidos por el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena desató el pasado mes de octubre una crisis entre ERC y JxCat que provocó que el independentismo perdiera la mayoría en la cámara catalana.

Para Carles Puigdemont, con su acuerdo, la Mesa ignoró una resolución previa del Parlament, "jurídicamente vinculante", que se oponía a la suspensión como diputados de él mismo y del resto de parlamentarios procesados por rebelión, por lo que concluye que la decisión fue "arbitraria, sin base jurídica y sin motivación válida de ningún tipo".

El expresidente de la Generalitat cree además que Torrent y los miembros de la Mesa vulneraron otros principios constitucionales, "como el de la prohibición de indefensión, que obligan a dar audiencia a los diputados afectados antes de adoptar una decisión de gravamen como la suspensión de cualquier de sus derechos parlamentarios".

El recurso de Puigdemont tacha de "intempestiva" la incorporación en el orden del día de una decisión que le ha "privado" de su derecho de voto, con el único "sustento aparente de los servicios jurídicos" de la cámara, que se opusieron a la delegación de voto "de forma apodíctica y sin justificación jurídica de ningún tipo".

Para el expresidente de la Generalitat, la decisión de la Mesa fue "radicalmente nula, pues se estaría privando al diputado, al menos, de su derecho a delegar el voto en los términos previstos en el reglamento, de manera totalmente arbitraria, sin ninguna garantía, prescindiendo absolutamente del procedimiento reglamentariamente establecido para ello y en contra de la resolución del pleno del Parlament".

Ese acuerdo, añade Puigdemont, no solo vulneró sus derechos políticos sino también "los de todos los parlamentarios y los ciudadanos que estos representan".