Basta con abrir nuestros buscadores en internet para comprender que la economía digital ya no es solo un proyecto de futuro, sino que se trata de una realidad con cada vez más peso en los números de nuestro país. El mundo de la empresa digital da trabajo a día de hoy a cada vez más personas de manera freelance, autónoma y asalariada. De hecho, en buena medida, sus características optimizan el emprendimiento y permiten a muchas start-ups echar a volar, ya que ahorran muchos costes a los emprendedores principiantes (tales como la sede física, sin ir más lejos) al tiempo que les permiten llegar a una gran infinidad de consumidores que encima pueden localizar de manera ordenada y acorde sus prioridades. Además, hay que tener muy en cuenta que la economía digital no solo ha cambiado las cosas del lado de la oferta, sino también del lado de la demanda. Así, muchos consumidores han transformado sus hábitos sociales relacionados con la adquisición y uso de productos y servicios, por lo que en ocasiones, dichos consumidores solo son alcanzables si existe a su disposición una plataforma en internet que les permita ver, comparar y comprar desde casa.

Son cada vez más los negocios de todos los tamaños y sectores que abren su tienda online. El ecomerce es una realidad inapelable y quedarse atrás puede implicar nefastas consecuencias para negocios que se mueven en el ámbito local y que lo tienen cada vez más difícil para competir con grandes distribuidoras. Para aquellos que quieren echarse a la piscina pero no necesariamente saben nadar, cada vez existen más empresas tecnológicas, que ofrecen soluciones que se adaptan a cada perfil y nivel de expertise. Así, para los menos doctos en materia de economía digital, esta ecommerce puede ser una opción interesante, ya que cuenta con diferentes packs que se ajustan a las demandas de distintos tipos de emprendedores y proyectos optimizándolas con las grandes marketplaces disponibles en este momento en internet, como son Amazon o eBay.

Así pues, tal y como se señaló anteriormente aquí, el consumidor de la era de la economía digital ya no tiene nada que ver con el de un tiempo. Independientemente de que llegue a realizar la compra o no, cualquier internauta navega por internet consultando precios, ofertas y productos que luego comparará con lo que vea por la calle. Sería inútil infravalorar la importancia de este tipo de acceso a la información para cualquier consumidor, como también lo sería pensar que la única razón por la que abrir un negocio online es pertinente es un incremento de las ventas en línea. Pues bien al contrario, lo cierto es que existen una serie de intangibles que son tanto o más esenciales a la hora de decidir el destino de un negocio. Sin ir más lejos, la economía digital es sobre todo una cuestión de visibilidad, de estar ahí, de tocar la tecla justa y de colarse en el imaginario de una generación. En cualquier caso, estos son otros puntos a tener en cuenta. Así contado, parece más difícil de lo que en realidad es.