SAN JUAN de la Rambla es un municipio que va de mar a cumbre en un todo único e indivisible. Esta afirmación, que parece una obviedad, y que sobraría en cualquier otro municipio, en el nuestro es necesario grabarla a fuego en algunas mentes que, en una suerte de demencia política, vuelven, de nuevo, a machacar el hierro frío de la fragua que en el pasado reciente nos abrasó a rambleros y rambleras. Políticos sin escrúpulos que prefirieron, y prefieren, dividir antes que trabajar por el bienestar vecinal. Políticos que perdieron el crédito que el pueblo les concedió reiteradamente. Políticos que olvidaron, y mantienen voluntaria y lamentablemente en el olvido, que la unión hace la fuerza, máxima que tuvieron presente los mandatarios de municipios limítrofes, que prosperaron aplicándola, mientras los nuestros impedían nuestro progreso propiciando la desunión. Esta es la funesta herencia, el triste legado que dejaron a las generaciones futuras, que recordarán, atónitas, cómo las energías de esos mandatarios se agotaron liderando una y otra vez una división que nos ha avergonzado a todos.

Recordemos cómo el anterior mandatario, usando como plataforma a una asociación de vecinos, reciente y fraudulentamente recuperada, se dirigió al entonces alcalde del municipio vecino pidiendo la anexión de la parte alta de San Juan de la Rambla a La Guancha, petición que recibió estupefacto y rechazó consternado, respetuoso con nuestra unidad e integridad municipal. Después de eso, y durante muchos años, hemos asistido, entristecidos e indignados, a una lamentable ceremonia de la confusión municipal, con múltiples ataques artificiales a la unidad, escenificados, finalmente, en un hecho insólito en la historia de las Islas y oprobioso para todos nosotros, y que aún depende del Tribunal Constitucional.

Y ahora estos políticos idos (en la doble acepción de la palabra) vuelven por sus fueros con su única baza, esa herramienta que tantos réditos les dio en el pasado: buscar torticera y mendazmente de nuevo la división. Pero ya no cuela.

Se olvidan de que los vecinos rechazan de plano cualquier división que les impida concentrarse en lo que siempre debió ser la prioridad: conseguir el progreso necesario para apear a nuestro municipio del oprobioso primer lugar que ocupa desde hace décadas, sobre todo en las sangrantes cifras de paro.

Se olvidan de que las urnas determinaron que gobiernen otras personas para atender, desde la unidad, a esa prioridad. Se olvidan de que una vez constituido el nuevo gobierno PSOE-PP le tendimos en buena lid la mano, mano que no solo rechazaron, sino que, tras el exilio voluntario de quien dejó atrás a sus correligionarios, pretenden tomar para hacer un pulso de fuerza, de nuevo con el botín de la unidad.

Se olvidan, en fin, de la obviedad enunciada al principio: que San Juan de la Rambla es un municipio único, de la mar hasta la cumbre. Y eso es lo que voy, con ayuda de mis compañeros y vecinos, a defender hasta la extenuación.

Villa de San Juan de la Rambla