Antonio Méndez Toledo, de 76 años de edad, se resiste a aceptar que el próximo día 29 puede perder la que ha sido su casa durante casi tres décadas, en el número 102 de la calle Ismael Domínguez, en Tacoronte. Méndez insiste en reclamar a la Justicia que revise su caso y lanza una advertencia preocupante: "Si me quitan la casa, cometeré el mayor error de mi vida". Con el caso en un callejón judicial sin salida, las palabras de Méndez auguran un desenlace trágico.

Méndez tiene claro que su vecino, con el que mantiene viejas rencillas, le ha querido "robar la casa a base de mentiras, con la ayuda de peritos corruptos. Yo no le echo la culpa a la jueza, pero sí le pido que revise el caso, porque todo esto empieza con la mentira de que mi casa se apoyaba sobre los cimientos de la vivienda de Urbano. Y ya se ha demostrado que eso es falso".

EL DÍA acompañó a Méndez en una reunión con Bruno Ramallo, uno de los albañiles que construyó su casa para otro propietario, quien asegura que la vivienda "no se apoya en la estructura de la casa del vecino". Un nuevo desmentido del origen de todo el problema.

"Cada día comprendo menos lo que ha pasado. ¿Cómo es posible que hayamos llegado a este punto porque alguien me ha querido quitar la casa? Respeto a la Justicia, pero no daré marcha atrás", advierte.

"Hasta ahora he estado aguantado por el apoyo de los vecinos y de los medios -destaca-, pero cuando no haya solución, entonces tendré que cometer el error más grande de mi vida para que la Justicia entienda que ha fallado".

"Yo no puedo aceptar ni asumir que mi casa no sea mía. Eso es incomprensible para mí -afirma Méndez-. Y la Justicia tiene que darse cuenta, antes de que ocurra una desgracia".

A su juicio, "si la Justicia revisara el caso inmediatamente se darían cuenta de que las cosas se han hecho mal".

"Yo aguanto por los vecinos y por los medios, pero si me echan a la calle, sí cometeré el error más grande de mi vida. No daré marcha atrás. A mi edad, yo sé lo que me puede quedar de vida y no me importa, pero un sinvergüenza de estos no se va a aprovechar de lo que yo he sufrido y trabajado para tener una casa", advierte.

"No voy a permitir que llegue ahora éste y se lleve mi casa por la cara. No y no. Eso es robarme la casa y que la Justicia, encima, le dé la mano al ladrón. Eso no lo voy a consentir", avisa.

A pesar de la rabia y la decepción, Antonio Méndez aún confía en que su desalojo, previsto para el día 29, se pueda retrasar: "Espero que la jueza, que no tiene culpa de lo que le pusieron los peritos delante, decida ahora parar y revisar. Si lo hace, se dará cuenta de la gamberrada tan grande que nos han hecho".

Méndez también rechaza las posibilidades de arreglo que le ha planteado el abogado de su vecino: "No le voy a pagar por mi casa", concluye.