Hoy es un día mayúsculo para esta Histórica Villa de Los Realejos y para el Valle de Taoro. La Virgen del Carmen realejera, faro de peregrinos y luz de esperanzas a través de los siglos, habitará a partir de este mediodía entre cincuentenarios muros convertidos en Santuario. Magno reconocimiento y honor para una advocación mariana arraigada en los corazones isleños y piedra angular en nuestras vidas, las de tantas generaciones que hemos encontrado con ella sólidos pilares de fe, consuelo, razones y anhelos.

La dieciochesca imagen genovesa de Nuestra Señora del Carmen de Los Realejos, alcaldesa honoraria y perpetua de la Villa, es emblema de fe, historia y arte por estas tierras, motor y argamasa social, símbolo de identidad y destino peregrino todos y cada uno de los miércoles del año. Hoy, sábado 25 de julio de 2015, se viste de gala el pórtico de su iglesia para recibir tal reconocimiento por don Bernardo Álvarez Afonso, obispo nivariense.

Un largo camino recorrido desde aquel 21 de febrero de 1952 cuando quedó reducida a cenizas su antigua morada en el convento de agustinas recoletas dedicado a San Andrés y Santa Mónica, solar donde regresó la imagen para volver a habitarlo hace ahora cincuenta años, en la edificación que hoy contemplamos y que tanto esfuerzo costó levantar a nuestros pretéritos. Una ardua travesía pilotada por ilusionados vecinos, comprometidos y convencidos de que su bella imagen maragliana merecía tener hogar propio. A ellos y ellas expresamos nuestro más sentido agradecimiento, por su tesón, por sortear innumerables dificultades y contratiempos, por encontrar siempre agua en el desierto, por demostrar que el empeño vence siempre lo que se aventura imposible, por cuidar cada detalle y hacerlo siempre con el más genuino de los cariños hacia su madre del Carmelo. Valgan mis palabras de hoy para recordar y homenajear a los verdaderos responsables de esta realidad que hoy tenemos la fortuna de celebrar y por haber regalado a Los Realejos el primer santuario de su historia.

Y es el Carmen realejero motivo de un auténtico tejido comunitario y de participación social. Por ella su Venerable Hermandad Cofradía atesora innumerables escapularios que viajan desde siglos traspasando edades y fronteras. Imagen coronada, a la par que viajera dentro y fuera de su pueblo, titular de un coro por el que han pasado innumerables voces y que continúa haciendo sonar partituras en su nombre. Desde Puerto de La Cruz la veneran y mecen sobre sus hombros los marinos soñadores en sus domingos de la octava, tan cariñosos como su fiel banda La Filarmónica que nunca la ha dejado sola en el camino. Camareras meticulosas para el ropaje y decoro, su comisión de fiestas vigilante todo el año para que el mes de julio llegue a buen puerto, sus guardianes del Casino Realejos de hoy y siempre, cargadores muchos, alfombristas de flores, tierra y sal, ciclistas, floristas, músicos, historiadores, poetas, artistas...

Celebremos con el merecido reconocimiento esta jornada, pues hacerlo conlleva rendir tributo justo a Nuestra Señora y al pueblo que habita desde siglos. Hagámoslo en el lugar que la recibe, en el cincuenta aniversario de su apertura al culto, desde hoy su Santuario. La Patrona de Taoro allí nos espera.

*Primer teniente de alcalde y concejal de Patrimonio Cultural de Los Realejos